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La guerra terminó con la derrota de Juana. Por el [[Tratado de Alcáçovas]] ([[1479]]), Juana renunció al trono en favor de Isabel y se recluyó en un convento de [[Coímbra]], convirtiéndose Isabel I en reina indiscutida de Castilla. Ese mismo año, Fernando sucedió a su padre como rey de Aragón. Pero fue en el año [[1475]] cuando puede fijarse la unión de ambas coronas según los términos de la [[Concordia de Segovia]], corroborada más tarde en el [[Concordia de Calatayud]] del año 1481, por los cuales Fernando reinó en ambas coronas, manteniendo a su reina como consejera y madre de sus hijos. Tras dictar las primeras medidas de ordenamiento interno de sus reinos (en [[1480]] se institucionaliza la figura del corregidor; en [[1481]] se crea la Inquisición en Castilla; se sanciona a los nobles rebeldes y se reorganiza la hacienda real), los reyes emprendieron en [[1481]] la conquista del [[Reino de Granada|reino nazarí de Granada]]. A través de las dificultades de esta guerra ([[1481]] - [[1492]]), fundamentalmente de asedio, el rey Fernando fue revelando sus dotes diplomáticas y militares. La guerra terminó con la capitulación de Granada el [[2 de enero]] de [[1492]]. La conquista del último reducto musulmán en la península otorgó a los reyes un prestigio que ayudó a consolidar la autoridad real. En los reinos de la Corona de Aragón, Fernando no modificó el sistema político tradicional (que dificultaba la concentración de poder en manos del rey), y puso fin en sus Estados al problema de los remensas catalanes mediante la abolición de los [[malos usos]] y la consolidación de los [[contrato de enfiteusis|contratos de enfiteusis]] ([[sentencia arbitral de Guadalupe]], [[1486]]).
La guerra terminó con la derrota de Juana. Por el [[Tratado de Alcáçovas]] ([[1479]]), Juana renunció al trono en favor de Isabel y se recluyó en un convento de [[Coímbra]], convirtiéndose Isabel I en reina indiscutida de Castilla. Ese mismo año, Fernando sucedió a su padre como rey de Aragón. Pero fue en el año [[1475]] cuando puede fijarse la unión de ambas coronas según los términos de la [[Concordia de Segovia]], corroborada más tarde en el [[Concordia de Calatayud]] del año 1481, por los cuales Fernando reinó en ambas coronas, manteniendo a su reina como consejera y madre de sus hijos. Tras dictar las primeras medidas de ordenamiento interno de sus reinos (en [[1480]] se institucionaliza la figura del corregidor; en [[1481]] se crea la Inquisición en Castilla; se sanciona a los nobles rebeldes y se reorganiza la hacienda real), los reyes emprendieron en [[1481]] la conquista del [[Reino de Granada|reino nazarí de Granada]]. A través de las dificultades de esta guerra ([[1481]] - [[1492]]), fundamentalmente de asedio, el rey Fernando fue revelando sus dotes diplomáticas y militares. La guerra terminó con la capitulación de Granada el [[2 de enero]] de [[1492]]. La conquista del último reducto musulmán en la península otorgó a los reyes un prestigio que ayudó a consolidar la autoridad real. En los reinos de la Corona de Aragón, Fernando no modificó el sistema político tradicional (que dificultaba la concentración de poder en manos del rey), y puso fin en sus Estados al problema de los remensas catalanes mediante la abolición de los [[malos usos]] y la consolidación de los [[contrato de enfiteusis|contratos de enfiteusis]] ([[sentencia arbitral de Guadalupe]], [[1486]]).


Introdujo en Castilla las instituciones aragonesas de los consulados (como el [[Consulado del Mar]], de Burgos) y los gremios, favoreciendo de este modo el desarrollo económico castellano, especialmente el comercio de la lana. En el aspecto religioso, llevó a Castilla la [[Inquisición Española|Inquisición]] (presente en Aragón desde [[1249]]) y reformó el programa de su esposa, al introducir la uniformidad religiosa (decreto de expulsión de los [[judíos]] del [[3 de marzo]] de [[1492]] (salvo bautismo) y conversión forzosa de los [[moriscos]] granadinos en [[1503]], a los que la reina había garantizado el derecho a la libertad religiosa tras la capitulación del reino de Granada.
Introdujo en Castilla las instituciones aragonesas de los consulados (como el [[Consulado del Mar]], de Burgos) y los gremios, favoreciendo de este modo el desarrollo económico castellano, especialmente el comercio de la lana. En el aspecto religioso, llevó a Castilla la [[Inquisición Española|Inquisición]] (presente en Aragón desde [[1249]]) y reformó el programa de su esposa, sentando las bases del Estado moderno al introducir la uniformidad religiosa (decreto de expulsión de los [[judíos]] del [[3 de marzo]] de [[1492]] (salvo bautismo) y conversión forzosa de los [[moriscos]] granadinos en [[1503]], a los que la reina había garantizado el derecho a la libertad religiosa tras la capitulación del reino de Granada).


== En Italia ==
== En Italia ==

Revisión del 12:34 18 ene 2010

Fernando II de Aragón y V de Castilla
Rey de Aragón y Castilla
Rey de Aragón, Valencia, Mallorca, Cerdeña y Conde de Barcelona
20 de enero de 1479 - 23 de enero[1]​ de 1516
Predecesor Juan II
Sucesor Juana I y Carlos I
Rey de Castilla y de León
(junto a Isabel I)
15 de enero de 1475[2]​ - 26 de noviembre de 1504[3]
Predecesor Isabel I
Sucesor Juana I
Información personal
Nacimiento 10 de mayo de 1452
Sos, Corona de Aragón
Fallecimiento 23 de enero[1]​ de 1516
(64 años)
Madrigalejo, Corona de Castilla, más tarde, España
Sepultura Capilla Real de Granada
Familia
Casa real Casa de Trastámara
Padre Juan II
Madre Juana Enríquez
Consorte Isabel I de Castilla
Germana de Foix
Hijos véase Matrimonios y descendencia

Firma Firma de Fernando II de Aragón y V de Castilla

Fernando II de Aragón, el Católico (Sos, 10 de mayo de 1452 - Madrigalejo, 23 de enero de 1516), rey de Aragón y de Castilla (como Fernando V).[6]

Biografía

Hijo de Juan II el Grande y de su segunda esposa Juana Enríquez. Fue rey de Aragón entre los años 1479 y 1516. Rey de Castilla entre 1474 y 1504 y también regente de la corona castellana entre 1507 y 1516 debido a la enfermedad de su hija Juana, tras la muerte de Felipe el Hermoso. Rey de Sicilia (1468-1516) y de Nápoles (1504-1516)

Nació por deseo de su madre en territorio aragonés, ya que se encontraba en Navarra (en las disputas de sucesión entre su hijastro Carlos y su esposo Juan II) y se desplazó hasta el caserón de Sada, sito en la frontera con Navarra, de la villa de Sos. Reconocido heredero de la corona aragonesa a la muerte de su medio hermano, Carlos, príncipe de Viana (1461), fue coronado como Rey de Aragón en Calatayud; fue nombrado lugarteniente general de Cataluña (1462) y, en 1468, rey de Sicilia. Con dieciséis años tuvo amores con una dama llamada Luisa de Estrada,[cita requerida] de la que nació su primer hijo, Alfonso de Aragón, el cual llegaría a ser arzobispo de Zaragoza.

Durante la guerra civil catalana (1462 - 1472), en la que tomó parte activa, se familiarizó con la administración del estado a instancias de su padre. Al morir su primo, el infante Alfonso de Castilla (1468), y ser reconocida la infanta Isabel, su prima y media hermana de Enrique IV de Castilla, como heredera de Castilla, su padre Juan II puso su empeño en conseguir el matrimonio de Fernando con la princesa castellana, que se produjo en octubre de 1469, en Valladolid. Sin embargo, a la muerte de Enrique IV (1474) empezó una guerra civil entre los partidarios de Isabel y los de la hija de Enrique, Juana la Beltraneja, apoyada por el rey de Portugal, Alfonso V el Africano, que pretendía casarse con ella, uniendo las coronas de Castilla y Portugal. Fernando, tras arduas discusiones con la recelosa nobleza castellana, consiguió ser proclamado corregente de Castilla con los mismos derechos que Isabel mediante la Concordia de Segovia (1475). Fernando participó activamente en la dirección militar de esta guerra, a cuyo resultado contribuyó de una manera definitiva, sobre todo con la victoria de Toro (1476). De 1476 a 1477 fue administrador de la Orden de Santiago.

Rey de Aragón y Castilla

La guerra terminó con la derrota de Juana. Por el Tratado de Alcáçovas (1479), Juana renunció al trono en favor de Isabel y se recluyó en un convento de Coímbra, convirtiéndose Isabel I en reina indiscutida de Castilla. Ese mismo año, Fernando sucedió a su padre como rey de Aragón. Pero fue en el año 1475 cuando puede fijarse la unión de ambas coronas según los términos de la Concordia de Segovia, corroborada más tarde en el Concordia de Calatayud del año 1481, por los cuales Fernando reinó en ambas coronas, manteniendo a su reina como consejera y madre de sus hijos. Tras dictar las primeras medidas de ordenamiento interno de sus reinos (en 1480 se institucionaliza la figura del corregidor; en 1481 se crea la Inquisición en Castilla; se sanciona a los nobles rebeldes y se reorganiza la hacienda real), los reyes emprendieron en 1481 la conquista del reino nazarí de Granada. A través de las dificultades de esta guerra (1481 - 1492), fundamentalmente de asedio, el rey Fernando fue revelando sus dotes diplomáticas y militares. La guerra terminó con la capitulación de Granada el 2 de enero de 1492. La conquista del último reducto musulmán en la península otorgó a los reyes un prestigio que ayudó a consolidar la autoridad real. En los reinos de la Corona de Aragón, Fernando no modificó el sistema político tradicional (que dificultaba la concentración de poder en manos del rey), y puso fin en sus Estados al problema de los remensas catalanes mediante la abolición de los malos usos y la consolidación de los contratos de enfiteusis (sentencia arbitral de Guadalupe, 1486).

Introdujo en Castilla las instituciones aragonesas de los consulados (como el Consulado del Mar, de Burgos) y los gremios, favoreciendo de este modo el desarrollo económico castellano, especialmente el comercio de la lana. En el aspecto religioso, llevó a Castilla la Inquisición (presente en Aragón desde 1249) y reformó el programa de su esposa, sentando las bases del Estado moderno al introducir la uniformidad religiosa (decreto de expulsión de los judíos del 3 de marzo de 1492 (salvo bautismo) y conversión forzosa de los moriscos granadinos en 1503, a los que la reina había garantizado el derecho a la libertad religiosa tras la capitulación del reino de Granada).

En Italia

Escultura de su coronación como rey de Nápoles.
Blasón de Fernando II de Aragón como rey de Nápoles.[7]

A partir de 1492, Fernando centró su actividad en la tradicional expansión aragonesa hacia Oriente, principalmente Italia y el norte de África. Mediante el tratado de Barcelona (1493), recuperó el Rosellón y la Cerdaña (ocupados desde 1463 por Francia). En Italia, para oponerse al intento francés de anexionarse el Reino de Nápoles y Sicilia, organiza la Liga Santa (1495), su primer gran éxito diplomático internacional. Los éxitos en las campañas militares (en las que el ejército del rey era dirigido por Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán) y la astucia del rey permitieron expulsar a la dinastía reinante del Reino de Nápoles y Sicilia y, en 1504, a los franceses, con lo que Nápoles se sumó a las posesiones de la corona. El papa Alejandro VI, que a pesar de ser de originario de los territorios de la Corona de Aragón, no tenía buenas relaciones con él porque temía que en sus afanes territoriales quisiera incluir parte de los estados pontificios, le concedió el título de Rey Católico, que la historia después ha extendido a su mujer.

Otro de sus frentes diplomáticos contra Francia reposó en una sabia política de alianzas matrimoniales, mediante la cual los reyes quisieron establecer alianzas con otros países europeos (matrimonio de sus hijas Isabel y, a la muerte de ésta, María, con el rey Manuel I de Portugal; de Juan, con Margarita de Austria; de Juana con Felipe el Hermoso, y de Catalina con Arturo, príncipe de Gales y, tras la temprana muerte de éste, con su hermano, el futuro Enrique VIII de Inglaterra), aislando a Francia, a la cual hizo fracasar reiteradamente en sus intervenciones en Italia.

Como hijo de Juan II intervino de forma activa en la Guerra Civil de Navarra, con la introducción de tropas castellanas en el interior del Reino de Navarra, hasta que en 1512 y con la excusa de apoyar al bando beamontés realizó de forma abierta la Conquista de Navarra con las tropas castellanas, al mando del duque de Alba. Para controlar el reino y dentro de las medidas diplomáticas, se reunieron las Cortes de Navarra el 23 de marzo de 1513, en una asamblea a la que solo acudieron beamonteses, para que le dieran su apoyo, que consiguió, tras prometer respetar todos los derechos del Reino. Tras ello, los procuradores le juraron obediencia como «Católico rey don Fernando, rey de Navarra nuestro señor de aquí en adelante...».[8]

El 7 de junio de 1515, las Cortes castellanas reunidas en Burgos, sin presencia de navarros, aceptaron la incorporación del Reino de Navarra a la Corona de Castilla propuesta por el rey Fernando.[8][9]​ No obstante, la guerra para controlar el reino se prolongaría hasta 1524, reinando su nieto, Carlos I.

Expansionismo y sucesión

Firma de Fernando II de Aragón

En el norte de África, se mostró contrario a ocupaciones a gran escala y restringió sus acciones a la ocupación de algunas plazas litorales del Mediterráneo, como por ejemplo Orán (Véase Toma de Orán).

Mientras todo esto ocurría en Europa, el descubrimiento de América y la rápida ocupación y explotación de las tierras americanas iban fortaleciendo la posición internacional de los Reyes Católicos.

A la muerte de Isabel (1504), Fernando proclamó reina de Castilla a su hija y tomó las riendas de la gobernación del reino acogiéndose a la última voluntad de Isabel la Católica. Pero el marido de Juana, el archiduque Felipe no estaba por la labor de renunciar al poder y en la concordia de Salamanca (noviembre de 1505) se acordó el gobierno conjunto de Felipe y la propia Juana, como reyes, actuando Fernando como gobernador. Previamente, Fernando había neutralizado el apoyo francés a su yerno Felipe por el Tratado de Blois, y se había casado con Germana de Foix, sobrina del rey Luis XII. El 19 de octubre de 1505, a los 18 años de edad, se casó por poderes con Fernando II de Aragón, de 53 años, viudo de Isabel la Católica desde hacía casi un año. En los pactos, el rey de Francia cedió a su sobrina los derechos dinásticos del reino de Nápoles y le concedió el título de rey de Jerusalén, derechos que retornarían a Francia en caso de que el matrimonio no tuviese descendencia. A cambio de lo cual el Rey Católico se comprometió a nombrar heredero al posible hijo del matrimonio. El matrimonio levantó las iras de los nobles de Castilla, ya que lo vieron como una maniobra de Fernando el Católico para impedir que Felipe el Hermoso y Juana I heredasen la Corona de Aragón. Con ella tuvo, en 1509, otro hijo, Juan, que de no haber muerto a las pocas horas de nacer, se habría convertido en rey de Aragón.

En 1506, llegó el matrimonio de Juana y Felipe a la península y pronto se manifestaron las malas relaciones entre el yerno (apoyado por la nobleza castellana) y el suegro (apoyado por los representantes de las ciudades) de modo que por la concordia de Villafáfila (1506), Fernando se retiró a Aragón y Felipe fue proclamado rey de Castilla en las Cortes de Valladolid con el nombre de Felipe I. Pero el 25 de septiembre de ese año muere Felipe I el Hermoso, y ante la incapacidad de su hija la reina Juana, aceptó de nuevo la regencia castellana, encerrando a su hija de por vida. No obstante, se centró en las cuestiones de Italia (tomando parte en la Liga de Cambrai contra Venecia en 1511) y dejó el gobierno de Castilla al Cardenal Cisneros.

En su testamento, dejó todas sus posesiones a su hija, y en el puesto de ella debía asumir el gobierno y la regencia de los reinos de Castilla y Aragón, su nieto Carlos de Gante, futuro Carlos I y, hasta su llegada, nombró a su hijo natural Alonso de Aragón regente de los reinos de la Corona de Aragón y al Cardenal Cisneros, regente de Castilla. Murió el 23 de enero[1]​ de 1516 en Madrigalejo (Cáceres), cuando iba a asistir al capítulo de las órdenes de Calatrava y Alcántara en el Monasterio de Guadalupe. La causa de su muerte pudo estar relacionada con el abuso de cantárida,[10]​ que en aquellos tiempos se utilizaba como un afrodisiaco, en un intento por lograr un heredero varón con su esposa Germana de Foix.

Matrimonios y descendencia

“Yn Dey nomine. Amen. Manifiesta cosa sea a los que la presente verán en como en la muy noble villa de Valladolid jueves dies e ocho días del mes de octubre año del nasçimiento de nuestro Salvador Ihesuchristo de mil e quatrocientos e sesenta e nuevos años, e seyendo presentes los muy ilustres e exçellentes señores el muy exçellente e esclaresçido señor el señor don Fernando, rey de Siçilia, príncipe heredero de los reynos de Aragón, e la muy exçellente e esclarecida señora la señora doña Ysabel, fija del muy alto e poderoso señor rrey don Juan de gloriosa memoria, prinçesa heredera d’estos reynos de Castilla e de León... ellos estaban unanimiter conformes de contraher matrimonio en uno, segund que manda la Santa Madre Iglesia”.

Su padre negoció en secreto el matrimonio de Fernando con Isabel, recién proclamada Princesa de Asturias y, por tanto, heredera al trono de Castilla y León. Las conversaciones fueron secretas debido a que Fernando estaba prometido con la hija de don Juan Pacheco, preferido del rey castellano Enrique IV.[cita requerida] Isabel era proclive a este matrimonio, pero había un problema canónico para este enlace: los contrayentes eran primos (sus abuelos eran hermanos). Necesitaban, por tanto, una bula papal que autorizara los esponsales. El Papa, sin embargo, no llegó a firmar este documento, temeroso de las posibles consecuencias negativas que ese acto podría traerle (al atraerse las antipatías de los reinos de Castilla, Portugal y Francia, interesados todos ellos en desposar a la princesa Isabel con otro pretendiente).

Sin embargo, el Papa era proclive a esta unión conyugal, por los beneficios que le podía traer el estar a bien con la princesa Isabel, una mujer de marcardo carácter religioso, ante la amenaza que representaban los árabes a sus Estados Pontificios.[cita requerida] Por ese motivo, ordenó al cardenal Rodrigo Borgia dirigirse a España como legado papal para facilitar este enlace.

Los escrúpulos de Isabel para contraer matrimonio sin contar con la autorización papal impedían realizar la ceremonia.[cita requerida] Finalmente, con la connivencia de Rodrigo Borgia, los novios presentaron una supuesta bula emitida en junio de 1464 por el anterior Papa, Pío II, a favor de Fernando, en el que se le permitía contraer matrimonio con cualquier princesa con la que le uniera un lazo de consanguínea de hasta tercer grado.

Armas de Fernando II de Aragón y V de Castilla en el Palacio de los Reyes Católicos de La Aljafería (1492). Se trata de un escudo cuartelado con las armas de Castilla, León, Aragón y Sicilia timbrado con la cimera del dragón, adoptada por Pedro IV el Ceremonioso y posteriormente usada como símbolo de dignidad del rey de Aragón.

Isabel aceptó y se firmaron las capitulaciones matrimoniales de Cervera, el 5 de marzo de 1469. Ante el temor de que Enrique IV abortara estos planes, en el mes de mayo de 1469 y con la excusa de visitar la tumba de su hermano Alfonso, que reposaba en Ávila, Isabel escapó de Ocaña, donde era custodiada estrechamente por don Juan Pacheco. Por su parte, Fernando atravesó Castilla en secreto, disfrazado de mozo de mula de unos comerciantes.

Finalmente el 19 de octubre de 1469 contrajó matrimonio en el Palacio de los Vivero de Valladolid con Fernando, rey de Sicilia y Príncipe de Gerona. Esto le valió el enfrentamiento con su hermanastro, que llegó a paralizar la bula papal de dispensa por parentesco entre Isabel y Fernando. Finalmente, el 1 de diciembre de 1471, Sixto IV emitió la Bula que dispensaba al matrimonio de sus lazos de consanguineidad.

Con su mujer Isabel I la Católica casado el 19 de octubre de 1469, tuvo 5 hijos:

Con su segunda mujer Germana de Foix, sobrina de Luis XII de Francia, casado el 19 de octubre de 1505 en Blois:

Unido a Aldonza de Ivorra, noble catalana de Cervera, tuvo dos hijos bastardos:[cita requerida]

Otros hijos bastardos:


Predecesor:
Juan II
Rey de Sicilia
1468 - 1516
Sucesor:
Juana I y Carlos II
Predecesor:
Enrique IV

Rey de Castilla y de León
(Junto a su esposa Isabel I)

1475 - 1504
Sucesor:
Juana I
Predecesor:
Alonso de Cárdenas (en el Reino de León)
Rodrigo Manrique (en el Reino de Castilla)

Administrador de la Orden de Santiago

1476 - 1477
Sucesor:
Alonso de Cárdenas
Predecesor:
Juan II

Rey de Aragón

1479 - 1516
Sucesor:
Juana I y Carlos I
Predecesor:
Ocupación francesa
(Luis XII de Francia)

Rey de Nápoles

1504 - 1516
Sucesor:
Juana III y Carlos III
Predecesor:
Catalina I

Rey de Navarra

1512 - 1515
Sucesor:
Juana I

Ancestros

Véase también

Referencias

Enlaces externos