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Diferencia entre revisiones de «Ley de Murphy»

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Sin importar la composición exacta y el origen de la frase, su espíritu conlleva el principio de [[diseño defensivo]]; el anticipar los errores que el usuario final probablemente cometerá. Los sensores de [[fuerza G]] de Murphy fallaron porque existían dos formas diferentes de conectarlos; una de ellas resultaría en lecturas correctas mientras que la otra resultaría en ausencia de lecturas. El usuario final —el asistente de Murphy en la versión histórica— podía escoger cómo conectar los [[cable]]s. Cuando escogió incorrectamente los sensores no hizo su trabajo apropiadamente.
Sin importar la composición exacta y el origen de la frase, su espíritu conlleva el principio de [[diseño defensivo]]; el anticipar los errores que el usuario final probablemente cometerá. Los sensores de [[fuerza G]] de Murphy fallaron porque existían dos formas diferentes de conectarlos; una de ellas resultaría en lecturas correctas mientras que la otra resultaría en ausencia de lecturas. El usuario final —el asistente de Murphy en la versión histórica— podía escoger cómo conectar los [[cable]]s. Cuando escogió incorrectamente los sensores no hizo su trabajo apropiadamente.


Mayor parte de la tecnología bien diseñada para el uso por el consumidor común y corriente, las conexiones incorrectas se hacen difíciles. Por ejemplo, el [[Disquete|disco de 3,5 pulgadas]] usado en muchos [[computador personal|ordenadores personales]] no cabría fácilmente en la [[disquetera]] a menos que esté orientado correctamente. En contraste, el [[floppy|disco de 5,25 pulgadas]] podía ser insertado en una variedad de orientaciones que podían dañar el disco o la disquetera. Los [[CD-ROM|discos compactos]] permiten una orientación incorrecta —el disco puede ser insertado al revés—. Un diseñador defensivo reconoce el hecho de que el disco puede ser insertado de manera errónea y por lo tanto alguien eventualmente lo hará.
En la mayor parte de la tecnología bien diseñada para el uso por el consumidor común y corriente, las conexiones incorrectas se hacen difíciles. Por ejemplo, el [[Disquete|disco de 3,5 pulgadas]] usado en muchos [[computador personal|ordenadores personales]] no cabría fácilmente en la [[disquetera]] a menos que esté orientado correctamente. En contraste, el [[floppy|disco de 5,25 pulgadas]] podía ser insertado en una variedad de orientaciones que podían dañar el disco o la disquetera. Los [[CD-ROM|discos compactos]] permiten una orientación incorrecta —el disco puede ser insertado al revés—. Un diseñador defensivo reconoce el hecho de que el disco puede ser insertado de manera errónea y por lo tanto alguien eventualmente lo hará.


Desde su primer anuncio público la [[ley]] de Murphy se ha esparcido rápidamente a otras culturas técnicas relacionadas con la [[ingeniería aeroespacial]], especialmente en [[computación]]. Rápidamente sus variantes han pasado a la [[leyenda urbana|imaginación popular]], mutando a su vez. Generalmente el espíritu de la ley captura la tendencia general a enfatizar las cosas negativas que ocurren en la vida; en este sentido, la ley es típicamente formulada como una variante de «Si algo ''puede'' salir mal, saldrá mal»; una variante frecuentemente conocida como [[ley de Finagle]].
Desde su primer anuncio público la [[ley]] de Murphy se ha esparcido rápidamente a otras culturas técnicas relacionadas con la [[ingeniería aeroespacial]], especialmente en [[computación]]. Rápidamente sus variantes han pasado a la [[leyenda urbana|imaginación popular]], mutando a su vez. Generalmente el espíritu de la ley captura la tendencia general a enfatizar las cosas negativas que ocurren en la vida; en este sentido, la ley es típicamente formulada como una variante de «Si algo ''puede'' salir mal, saldrá mal»; una variante frecuentemente conocida como [[ley de Finagle]].

Revisión del 21:17 14 feb 2010

La tostada siempre cae por el lado de la mantequilla, pero esto es puramente físico.

La Ley de Murphy es una forma cómica y mayoritariamente ficticia de explicar los infortunios en todo tipo de ámbitos que, a grandes rasgos, se basa en el adagio siguiente:

«Si algo puede salir mal, saldrá mal.»

Esta frase, que denota una actitud “pesimista”, resignada y burlona a la vez ante el devenir de acontecimientos futuros, sería aplicable a todo tipo de situaciones, desde las más banales de la vida cotidiana hasta otras más trascendentes.

Historia

La ley fue enunciada por Edward A. Murphy Jr., un ingeniero de desarrollo que trabajó durante un breve período en experimentos con cohetes sobre rieles puestos en práctica por la Fuerza Aérea de los Estados Unidos en 1949.

Existen diferentes teorías sobre el origen de la Ley de Murphy y sobre los detalles de cómo fue formulada inicialmente. Durante el período de 1947-1949 se desarrolló un plan denominado MX981 en campo Muroc (llamado más tarde Base Aérea Edwards) destinado a probar la resistencia humana a las fuerzas G durante una desaceleración rápida. Las pruebas usaban un cohete sobre rieles con una serie de frenos en un extremo.

Las pruebas iniciales usaban un muñeco humanoide, atado a una silla en el trineo, pero las que siguieron fueron hechas con John Paul Stapp, capitán en ese entonces, reemplazando al muñeco. Con esto se cuestionó la precisión de la instrumentación utilizada para medir las fuerzas G que el capitán Stapp experimentaba. Edward Murphy propuso utilizar medidores electrónicos de esfuerzo sujetos al arnés de Stapp para medir la fuerza ejercida sobre ellos por la rápida desaceleración. El asistente de Murphy cableó el arnés y se hizo una primera prueba utilizando un chimpancé. Sin embargo, los sensores dieron una lectura de cero.

Entonces se advirtió que se había producido un error en la instalación: cada sensor se había cableado al revés. En este momento Murphy formuló su famoso enunciado. Según George Nichols, otro ingeniero que estaba presente, Murphy, frustrado, le echó la culpa a su asistente, diciendo: «Si esa persona tiene una forma de cometer un error, lo hará». La versión de Nichols es que la «Ley de Murphy» salió en una conversación entre otros miembros del equipo; fue luego condensada a «Si puede ocurrir, ocurrirá» y llamada la ley de Murphy de forma socarrona por lo que Nichols percibía como arrogancia por parte de Murphy.

Asimismo, hay otras versiones. Algunos, incluyendo a Robert Murphy, el hijo de Edward, niegan la versión de Nichols, y sostienen que la frase se originó por parte de Edward Murphy. De acuerdo con Robert Murphy, la frase de su padre fue algo así como «Si hay más de una forma de hacer un trabajo y una de ellas culminará en desastre, alguien lo hará de esa manera».[1]

De cualquier forma, la frase salió a la luz pública por primera vez durante una conferencia de prensa en la que a Stapp se le preguntó por qué nadie resultó con heridas de importancia durante las pruebas con el cohete. Stapp replicó que fue porque se tomó en consideración la ley de Murphy. Luego citó la ley y dijo que en general significaba que era importante considerar todas las posibilidades antes de hacer una prueba.

En 1952 se cambió la frase a «Todo lo que pueda salir mal, pasará» en un epígrafe del libro The Butcher: The Ascent of Yerupaja de John Sack; posiblemente el primer uso impreso del nombre de Murphy en relación con la ley está en el libro de 1955 de Lloyd Mallan Men, Rockets and Space Rats. Irónicamente, la frase con la que se suele citar esta ley ("Lo que pueda salir mal, saldrá mal"), nunca fue pronunciada por Edward Murphy. En realidad es la Ley de Finagle de los Negativos Dinámicos. Esta frase fue popularizada por el escritor de ciencia ficción Larry Niven en varias historias sobre mineros de asteroides, que tenían una religión y cultura que incluía el miedo y la adoración del dios Finagle y su "profeta demente" Murphy.

El espíritu de la ley

Sin importar la composición exacta y el origen de la frase, su espíritu conlleva el principio de diseño defensivo; el anticipar los errores que el usuario final probablemente cometerá. Los sensores de fuerza G de Murphy fallaron porque existían dos formas diferentes de conectarlos; una de ellas resultaría en lecturas correctas mientras que la otra resultaría en ausencia de lecturas. El usuario final —el asistente de Murphy en la versión histórica— podía escoger cómo conectar los cables. Cuando escogió incorrectamente los sensores no hizo su trabajo apropiadamente.

En la mayor parte de la tecnología bien diseñada para el uso por el consumidor común y corriente, las conexiones incorrectas se hacen difíciles. Por ejemplo, el disco de 3,5 pulgadas usado en muchos ordenadores personales no cabría fácilmente en la disquetera a menos que esté orientado correctamente. En contraste, el disco de 5,25 pulgadas podía ser insertado en una variedad de orientaciones que podían dañar el disco o la disquetera. Los discos compactos permiten una orientación incorrecta —el disco puede ser insertado al revés—. Un diseñador defensivo reconoce el hecho de que el disco puede ser insertado de manera errónea y por lo tanto alguien eventualmente lo hará.

Desde su primer anuncio público la ley de Murphy se ha esparcido rápidamente a otras culturas técnicas relacionadas con la ingeniería aeroespacial, especialmente en computación. Rápidamente sus variantes han pasado a la imaginación popular, mutando a su vez. Generalmente el espíritu de la ley captura la tendencia general a enfatizar las cosas negativas que ocurren en la vida; en este sentido, la ley es típicamente formulada como una variante de «Si algo puede salir mal, saldrá mal»; una variante frecuentemente conocida como ley de Finagle.

Enfatización de lo negativo

Un ejemplo frecuentemente citado de esta tendencia a enfatizar lo negativo, es que, cada vez que una rebanada de pan untada de mantequilla cae al suelo, la gente tiende a recordar más vívidamente las veces en que cayó con el lado de la mantequilla hacia el suelo, puesto que si cayera con la mantequilla hacia arriba tendría menos consecuencias. Por lo tanto, uno tiene la impresión de que el pan siempre cae con la mantequilla hacia abajo, sin importar la verdadera probabilidad de cada ocurrencia.

Leyes como la de Murphy son una expresión directa de tales perversidades en el orden del universo. Existe un estudio matemático que demuestra que efectivamente la tostada tiene más probabilidades de caer del lado de la mantequilla, pero es debido a otros factores. El factor principal es la altura de la mesa, por la que la tostada tiene 'tiempo' de darse media vuelta no por el peso de la mantequilla como errónea e intuitivamente se supone, sino por la rotación propia a las condiciones iniciales de la caida, pero no hay altura suficiente para dar más de media vuelta.[2]

Se han desarrollado mutaciones adicionales de la ley y sus corolarios, muchas de ellas meta leyes de alguna clase. Por ejemplo, la analogía del pan con mantequilla podría expandirse a: «La probabilidad de que una rebanada de pan untada de mantequilla caiga con el lado de la mantequilla hacia abajo, es proporcional al precio de la alfombra».

Referencias

  1. Enciclopedia Barsa 10. Editorial Barsa. 1960. 
  2. El libro del sigo XX. Blume, grupo Clarín. 2000. 

Véase también

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