Conquista de Irlanda por Cromwell
Plantilla:Infobox Batallas La conquista de Irlanda por Cromwell (1649-1653) hace referencia a la reconquista de Irlanda por las fuerzas del parlamento inglés, dirigido por Oliver Cromwell durante las guerras de los tres reinos. Cromwell invadió Irlanda con su nuevo ejército modelo en nombre de dicho parlamento en 1649. Desde la rebelión irlandesa de 1641, el país había estado principalmente bajo el control de los irlandeses católicos confederados, quienes en 1649, firmaron una alianza con el partido político de los Ingleses Reales, los cuales habían sido derrotados en la guerra civil inglesa. Las fuerzas de Cromwell vencieron a la Coalición Confederada y a los Reales y ocuparon el país llevando a su fin a las guerras confederadas de Irlanda. Cromwell aprobó una serie de duras leyes penales en contra de la iglesia católica y confiscó casi todo el territorio irlandés. La conquista parlamentaria de Irlanda fue extremadamente brutal y se ha alegado que muchas de las acciones militares que se llevaron a cabo en ésta, serían hoy día calificadas como crímenes de guerra o incluso genocidio. En Irlanda, Cromwell sigue siendo una figura todavía odiada. Recientemente un historiador ha debatido que muchas de las acciones llevadas a cabo por Cromwell estaban dentro de las normas de guerra permitidas por entonces, o que fueron exageradas o distorsionadas por posteriores propagandistas.[1] Sin embargo, la mayoría de los historiadores discrepan.[2] Se estima que la larga campaña parlamentaria que Cromwell encabezó, resultó en la muerte o el exilio de aproximadamente entre el 15 y el 20% de la población irlandesa.[3]
Trasfondo
El Parlamento inglés, victorioso en la guerra civil inglesa, tenía tres razones principales para enviar un ejército a conquistar Irlanda:
- La primera razón y de mayor presión era la alianza que firmaron los irlandeses católicos confederados y Carlos II. (el hijo exiliado del ejecutado Carlos I). Hecho que permitió que se enviasen a Irlanda las Tropas Reales y que se sumiesen las tropas Confederadas al mando de los Oficiales Reales, dirigidos por James Butler. El objetivo consistía en invadir Inglaterra y restaurar la monarquía. La Mancomunidad inglesa no podía permitirse ignorar esta treta. En segundo lugar, incluso si los Confederados no se hubiesen aliado entre ellos con los Reales, es probable que el Parlamento inglés hubiese intentado reconquistar Irlanda de todos modos. Con milicias formadas de las guerras de los tres reinos enviaron Fuerzas Parlamentarias a la isla (la mayoría bajo el mando de Michael Jones en 1647). Éstos últimos veían al país como parte del territorio gobernado con derecho por el Reino de Inglaterra y sólo fuera de control temporalmente desde la rebelión irlandesa de 1641.
- Además, muchos Parlamentaristas, deseaban castigar a los irlandeses por las masacres de colonos protestantes ingleses que se llevaron a cabo en 1641.
- En tercer lugar, en 1642, el parlamento aumentó los impuestos en 10 millones de libras, bajo el Acta de los Aventureros para luchar en la guerra civil, en base a que reembolsarían a sus acreedores con tierras conquistadas a los rebeldes católicos irlandeses. Para reembolsar a los acreedores era necesario que la isla de Irlanda fuese conquistada y sus tierras confiscadas.
La batalla de Rathmines y el desembarco en Irlanda de Cromwell
En 1649 a finales del periodo conocido como Irlanda confederada, el único puesto fronterizo Parlamentarista que quedaba en la isla estaba en Dublin (bajo el mando del coronel Michael Jones). Una fuerza armada combinada de soldados Reales con soldados Confederados, bajo el mando de James Butler, se asentó en Rathmines (Dublin Sur), a modo de tomar la ciudad y privar a los Parlamentaristas de un puerto en el que pudiesen desembarcar. Sin embargo, el coronel Jones, ejecutó un ataque sorpresa a los Reales mientras éstos se desplegaban (2 de agosto), consiguiendo que se retirasen a la fuga. En la posterior derrota murieron alrededor de 3000 soldados Reales y Confederados. Oliver Cromwell llamó a ésta batalla como, Una misericordia sorprendente, tan grande y estacionable que somos como ellos soñaron[4] ya que significaba que tenía un puerto seguro en el cual desembarcar en la isla y al mismo tiempo conservaba la capital. Con el bloqueo que infringía el almirante Robert Blake a la flota Real restante, (que estaba bajo el mando del príncipe Ruperto del Rin en Kinsale), Cromwell consiguió desembarcar el 15 de agosto con 35 buques llenos de tropas y máquinas de intendencia. Enrique Ireton desembarcó dos días después con setenta y siete nuevos buques.[5]
Las tropas de Ormonde se retiraron de Dublín desordenadamente, y completamente desmoralizados por la inesperada derrota sufrida en Rathmines, por lo que a corto plazo, no fueron capaces de volver a luchar otra batalla más. Como resultado, Ormonde esperaba poder aguantar en las ciudades amuralladas de la costa, para así, permitir mantener el avance de Cromwell hasta el invierno con la esperanza de que las filas del coronel, se agotasen pasando hambre y sufriendo enfermedades.[6]
Asedio de Drogheda
Al desembarcar, Oliver Cromwell procedió con la toma de los puertos de otras ciudades de la costa a efectos de asegurarse un eficiente aprovisionamiento de refuerzos y logística desde Inglaterra. La primera ciudad en caer fue Drogheda, en donde se había acuartelado un regimiento de 3000 soldados Reales ingleses y Confederados irlandeses, comandados por Arthur Aston. Cuando los hombres de Cromwell tomaron por asalto la ciudad, la mayoría de la guarnición y de los sacerdotes católicos fueron masacrados por orden de Cromwell. En la contienda también murieron algunos civiles. Arthur Aston fue apaleado con su propia 'Pierna de madera' por los Roundheads (cabezas redondas) hasta que murió.[7] La matanza del acuartelamiento de Drogheda causó horror e incluso hoy en día se recuerda como ejemplo de la extrema crueldad de Cromwell. Sin embargo recientemente se ha discutido (por ejemplo por Tom Reilly en, Cromwell, un enemigo honorable, Dingle 1999) que lo que ocurrió en Drogheda no fue inusualmente severo según los estándares de los asedios de guerra del siglo XVII. Una vez hubo tomado Drogheda, Cromwell envió 5000 hombres al Norte bajo el mando de Robert Venables, para tomar el Ulster de los restos de un ejército Convenanter que había desembarcado ahí en 1642. A los Parlamentaristas se les unió un ejército de colonos británicos que estaban asentados alrededor de Derry, comandados por Charles Coote.
Wexford, Waterford y Duncannon
El Nuevo ejército modelo marchó hacia el sur a asegurar los puertos de Wexford, Waterford y Duncannon. Wexford se convirtió en el escenario de otra famosa atrocidad, al irrumpir las tropas parlamentarias en la ciudad mientras se llevaban a cabo negociaciones para su rendimiento, saqueando éstas todo a su paso y matando alrededor de 2000 soldados, 1500 ciudadanos y quemando la mayoría de la ciudad.[8] Existe cierta polémica respecto a la responsabilidad que tuvo Cromwell en el saqueo. Cromwell no ordenó el ataque, en ese momento estaba en plena discusión de rendición, cuando de repente, sus tropas se lanzaron a la carga. Por otro lado, los que lo critican, apuntan que se esforzó bien poco en retener a sus hombres y que luego no los sancionó por su conducta. Probablemente, el saqueo de Wexford fue de algún modo contraproducente para los Parlamentaristas. La destrucción de la fortaleza los dejó sin poder usar su puerto como base de aprovisionamiento de sus fuerzas. En segundo lugar, mezclaron la severidad de las medidas adoptadas en Drogheda y en Wexford. En cierto modo, éstas medidas pudieron ser efectivas para desalentar la futura resistencia por parte de los irlandeses. El comandante de los Reales, Ormonde, sabía que el terror del ejército de Cromwell, había causado un efecto paralizante sobre sus fuerzas. Posteriormente ciudades como New Ross, Carlow y Kilkenny se rindieron y se entregaron cuando las sitiaron. Por otro lado, las masacres de todas éstas ciudades, probablemente causó la prolongación de la resistencia en otros lugares que se habían convencido de que los iban a matar aunque se rindiesen. Ciudades como Waterford, Duncannon, Clonmel, Limerick y Galway se rindieron sólo después de determinada resistencia. Cromwell fue incapaz de tomar Waterford o Dunannon y el Nuevo ejército modelo tuvo que retirarse a los cuarteles de invierno, donde muchos de sus hombres murieron de enfermedad, especialmente de fiebre tifoidea y disentería. (las ciudades portuarias de Waterford y Duncannon se rindieron finalmente luego de varios asedios prolongados en 1650.
Clonmel y la conquista de Munster
Cromwell traspasó el mandato de las fuerzas parlamentarias en Irlanda a Henry Ireton en 1650, pero éste murió enfermo en el asedio de Limerick en 1651.
En la primavera siguiente, Cromwell barrió las ciudades amuralladas restantes del sureste de la isla, notablemente, la Capital confederada de Kilkenny, la cual se rindió con condiciones. El Nuevo ejército modelo tan sólo conoció un revés serio en el asedio de Clonmel, donde sus ataques a las murallas de la ciudad, fueron repelidos con gran coste, sin embargo, ésta se rindió al día siguiente. El comportamiento de Cromwell en Kilkenny y Clonmel contrastó fuertemente con el de Drogheda y Wexford. A pesar del hecho de que sus tropas habían sufrido grandes bajas atacando las antiguas ciudades, Cromwell respetó las condiciones de rendición, que incluían, garantizar las vidas, y propiedades de los lugareños y la evacuación de las tropas armadas que las defendían.
El cambio de actitud por parte del comandante Parlamentarista, pudo estar influenciado al reconocer él mismo, que su excesiva crueldad estaba prolongando la resistencia en el resto de las ciudades. Los Reales de Ormonde seguían manteniendo Munster, pero fueron flanqueados por un motín de su propia guarnición en Cork. Las tropas protestantes británicas que estaban ahí, habían estado luchando por el Parlamento hasta 1648, hecho que hizo que se resintiesen y que no quisieran seguir luchando junto a los Confederados irlandeses. Su motín puso la mayoría de Cork y Munster en manos de Cromwell y éste derrotó a la guarnición irlandesa en la batalla de Macroom. Las fuerzas Reales y las irlandesas se retiraron por detrás del río Shannon hacia Connaught.
En mayo de 1650, Carlos II de Inglaterra repudió la alianza de su padre (Carlos I) con los irlandeses por tener preferencia en aliarse con los Covenanters escoceses (Véase Tratado de Breda (1650) Hecho que socavó completamente la posición de Ormonde como cabeza de la coalición Real en el país. Cromwell ofreció generosas condiciones de rendición a los Reales protestantes de la isla y muchos de ellos capitularon o se pasaron al bando Parlamentarista. Esto dejó en el campo de batalla sólo a los irlandeses católicos restantes, incluyendo sus obispos y clero. Estos últimos cuestionaban porqué debían aceptar el liderazgo de Ormonde, cuando su señor, el rey, había repudiado aliarse con ellos. Cromwell dejó Irlanda en mayo de 1650 para luchar en la tercera guerra civil inglesa, contra la nueva alianza formada de la unión de Escoceses y Reales y traspasó su mandato en la isla a Henry Ireton.
Scarrifholis y la destrucción del ejército del Ulster
La fuerza más formidable que resistió a la batalla, fue el ejército de Ulster (antiguamente comandado por Owen Roe O'Neill, el cual murió en 1649). Sin embargo, en estos momentos el ejército se encontraba bajo el mando de un obispo católico inexperto llamado, Heber MacMahon. En la batalla de Scarrifholis (Donegal, junio de 1650), la armada de Ulster se encontró con un ejército Parlamentarista compuesto principalmente de colonos británicos comandados por Carlos Coote. Se envió al contigente de fuerzas del Ulster al frente y en el choque, murieron unos 4.000 de sus hombres. Además, los Parlamentaristas, también mataron a MacMahon y a la mayoría de los oficiales del Ulster y, a otros los capturaron y luego los ejecutaron. Hecho que eliminaba al último ejército campal oponente a los Parlamentaristas y que ellos aprovecharon para asegurarse la zona Norte de la provincia de Ulster. El ejército de Coote era ahora libre para marchar al Sur e invadir la costa Oeste de Irlanda.
Asedio a Limerick y Galway
La reputación de Ormonde se vió desacreditada por el constante flujo de derrotas, lo que motivó que sus hombres dejasen de confiar en él, particularmente los Confederados. En diciembre de 1650, Ormonde embarcó hacia Francia y lo reemplazó como comandante de la isla un noble irlandés, llamado Ulick Burke de Clanricarde. Las fuerzas irlandesas y Reales estaban acorraladas en la zona Oeste del río Shannon y encomiaron sus últimas esperanzas en defender las fuertes murallas de las ciudades de Limerick y Galway. Ambas ciudades, se habían construido con extensas y modernas defensas y no podían ser tomadas por asalto directo como, Drogheda o Wexford. Ireton, asedió Limerick mientras Carlos Coote, rodeaba Galway, pero ambos fueron incapaces de tomarlas, gracias a su buena fortificación y al final decidieron bloquearlas y esperar a que el hambre y las enfermedades hiciese que los irlandeses se rindieran. En la batalla de Knocknaclashy se intentó aliviar la parte Sur de Limerick, pero en 1651 ésta cayó derrotada, y posteriormente Galway lo hizo al año siguiente. De todos modos, las enfermedades mataron indiscriminadamente a la gente, incluyendo a Ireton junto a miles de tropas Parlamentarias que murieron por la plaga tifoide fuera de Limerick.
La guerra de guerrillas, el hambre y la peste
En 1651 la bien fortificada ciudad de Galway era la última fortaleza que faltaba por caer en manos Parlamentaristas, pero ésta se rindió en 1652. La caída de Galway vivió el fin de la resistencia organizada a Cromwell, pero la lucha se prolongó debido a que quedaban pequeñas unidades de tropas irlandesas que lanzaban ataques de guerrilla a los Parlamentaristas.
La fase de la guerrilla estuvo funcionando desde finales de 1650 hasta finales de 1651 a pesar de la derrota de las fuerzas Reales, se estimaba que todavía quedaban 30.000 hombres en armas contra los Parlamentaristas.
Los tories (en irlandés Tóraidhe, hombres perseguidos) operaban desde terrenos difíciles como el Bog de Allen, los Montes de Wicklow y las tierras centrales del Norte de Drumlin y durante meses, éstos convirtieron el campo, los montes y caminos en lugares extremadamente peligrosos para todos los Parlamentaristas, menos cuando eran grandes partidas de tropas. Posteriormente, Henry Ireton, lanzó una expedición punitiva a los montes de Wicklow para eliminar a los Tories, pero sus hombres no tuvieron éxito.
A principios de 1651 se informó que si los convoyes ingleses se alejaban más de 2 millas de una base militar, éstos no se encontrarían seguros. En respuesta a dichas acciones hostiles, los Parlamentaristas destruyeron las provisiones de alimento y culparon a los civiles que sospechaban pudiesen estar colaborando con los tories. El Parlamentarista John Hewson, destruyó sistemáticamente los almacenes de los condados de Wicklow y Kildare y Hardress Waller hizo lo mismo en la zona de El Burren (Clare) y el coronel Cook se encargó de destruir los de Wexford. Como resultado de esto, la mayoría de la isla sufrió hambruna, la cual se vio agravada por un brote de peste.[9] En 1651 a medida que la guerrilla continuaba, los Parlamentaristas designaron zonas como el condado de Wicklow y la mayor parte del sur del país (zona conocida ahora como zona libre de fuego) en donde todo el que fuese encontrado estaría. Asesinados y destruidos como a enemigos y su castillo y sus bienes deben ser requisados o estropeados como a los bienes de los enemigos.[10] Esta táctica había tenido éxito en la guerra de los nueve años. Además, comenzarón a vender prisioneros de guerra como sirvientes al Caribe (especialmente en Barbados donde sus ascendientes son conocidos como Piernas rojas). Un total de 12.000 irlandeses fueron vendidos como esclavos bajo el régimen de la mancomunidad inglesa.[11]
Esta fase de la guerra fue la más costosa de todas en términos de pérdidas de vidas civiles. La combinación de guerrilla, hambruna y plaga causó enorme mortalidad entre la población irlandesa. En la encuesta de abajo, William Petty estimó que el número de muertos de las guerras de irlanda desde 1641, eran de unas 618,000 personas o alrededor del 40% de la población de pre-guerra. Sobre éstos datos, estimó que alrededor de 400.000, eran católicos, 167.000 murieron en batalla o de hambre y los restantes por enfermedades causadas por la guerra.[12] Eventualmente, la guerrilla finalizó cuando los Parlamentaristas publicaron los términos de rendición en 1652 permitiendo que las tropas irlandesas marchasen al extranjero a servir a ejércitos enemigos que no estuviesen en guerra con la mancomunidad inglesa. La mayoría se marcharon a Francia y a España. En 1652, se rindió la mayor parte de la guerrilla irlandesa bajo John Fitzpatrick en Leinster, Edmund O'Dwyer en Munster y Edmund Daly en Connacht bajo los términos firmados en Kilkenny en mayo de ese mismo año. Sin embargo a finales de año, hasta 11,000 hombres, la mayoría de ellos en Ulster, se encontraban todavía en el campo. Las últimas fuerzas Reales e irlandesas (que eran los restos de la armada confederada de Ulster, dirijidos por Philip O'Reilly) se rindieron formalmente en la ciudad de Cloughoughter en el Condado de Cavan el 27 de abril de 1653. A pesar de esto, las guerrillas de bajo nivel continuaron durante el resto de la década, acompañadas de pillaje y vandalismos. Indudablemente, algunos de los tories eran simples bandidos, mientras que otros por el contrario, tenían motivación política. Los hombres de Cromwell hacían distinciones de éstos cuando ofrecían recompensas por información o captura, llamándolos tories privados o tories públicos.
Las condiciones de Cromwell
Cromwell impuso unas condiciones extremadamente duras a la población católica, debido a su antipatía por dicha religión y a modo de castigar a los irlandeses por la rebelión de 1641, particularmente por las masacres de colonos protestantes en Ulster. Cromwell, también necesitaba aumentar el dinero para pagar a su ejército y para reembolsar a los comerciantes de Londres que habían subvencionado la guerra bajo el Acta de los aventureros en 1642.
Cualquiera que estuvo implicado en la rebelión de 1641 fue ejecutado. Se confiscaron las tierras de cualquiera que participó con los Confederados y miles de ellos fueron transportados al caribe y vendidos como sirvientes. A los propietarios de tierras que no tomaron parte en las guerras también se las confiscaron, pero como compensación, se les concedió el derecho a reclamar parcelas de tierra en Connaught. Además no se permitió que ningún católico viviese en las ciudades. Los soldados irlandeses que habían luchado en el bando Confederado y Real abandonaron el país en gran número para unirse en servicio a los ejércitos de Francia y España. William Petty, estimó una cantidad de 54.000 hombres. Se prohibió la práctica del catolicismo y se ofrecieron recompensas por la captura de sacerdotes que una vez capturados eran ejecutados.
El Parlamento largo firmó el Acta de los aventureros en 1642, la cual decía que los acreedores podrían reclamar sus deudas recibiendo tierras confiscadas en Irlanda. Además, los soldados Parlamentaristas que habían servido en la isla, tenían derecho a una asignación de las tierras confiscadas allí en lugar de los salarios que el gobierno no podía pagarles por completo. Como resultado, miles de veteranos del Nuevo Ejército Modelo se asentaron en irlanda. Por otra parte, los colonos protestantes de antes de la guerra, aumentaron significantemente sus propiedades en la isla (Véase colonización del Ulster. Antes de la guerra los católicos eran propietarios del 60% del territorio irlandés, mientras que en los tiempos de la Restauración inglesa, cuando se compensó a los Católicos Reales, tan sólo tenían el 20% de ellas. Durante el periodo de la Mancomunidad inglesa, los terratenientes católicos habían descendido hasta el 8%. Incluso después de la restauración de 1660, se apartó a todos los católicos de servir en la administración pública, pero no del Parlamento irlandés.[13]
Debate histórico
La campaña Parlamentarista fue la más despiadada del periodo de guerra civil. En particular, las acciones de Cromwell en Drogheda y Wexford le valieron su reputación de crueldad. Sin embargo, las crónicas a favor de Cromwell debaten que sus acciones no eran excesivamente crueles según los estándares de esos días. El mismo Cromwell afirmó que su severidad en Irlanda tan sólo se aplicó a hombres armados que se le oponían. Todavía se disputan las masacres de civiles que llevó a cabo, y aunque existe evidencia de fuentes contemporaneas de que por entonces Drogheda fue una masacre; ésta es la visión de los hechos que a menudo tiene la mayoría de los historiadores.
La ordenanza oficial que Cromwell extendió justo después de su llegada, declara lo siguiente:
Por la presente... a todos los oficiales, soldados y otros bajo mi mando, que no hagan mal ni daño a los civiles o a cualquiera a menos que vaya armado o esté en oficio con el enemigo... el que deberá responder al contrario con su mayor destreza.
El propósito de ésta orden consistió en, al menos en parte, asegurar que la población local vendiese comida y suministros a sus tropas.
Los críticos de Cromwell enfocan su respuesta a una plegaria de los obispos de la iglesia católica irlandesa a resistirse a él, en la cual éste declara que no fue su intención masacrar, desterrar y destruir a los habitantes católicos, si resistieron: Espero estar libre de miseria y desolación, sangre y ruina que los haga sufrir y que se regocije de ejercer la máxima severidad contra ellos.
Recientemente, Tom Reilly también ha debatido en Cromwell, un Enemigo Honorable, que lo que pasó en Drogueda y en Wexford no era inusualmente severo en los estándares de los asedios del siglo XVII, en cuales mataban a las guarniciones de las ciudades tomadas para desalentar la futura resistencia.[14]
El periódico History Ireland destituye ésta visión: Su tesis general Reilly de que Cromwell bien podía no haber tenido moral para llevarse las vidas de Drogueda o Wexford 'Pero seguramente tenía a la ley firmemente de su parte'. no atiende a examinación. De forma similar, John Morrill comentó: Tom Really realizó el mayor intento de rehabilitación, Cromwell: Un Enemigo Honorable (Londres, 1999), pero otros buenos eruditos han rechazado ésta teoría.[15] Además, las críticas de los historiadores de Cromwell señalan que incluso en aquellos tiempos las matanzas en Drogheda y Wexford fueron consideradas atrocidades. Citan tales fuentes en Edmundo Ludlow, el comandante Parlamentarista que hubo en Irlanda después de la muerte de Ireton, el que escribió que las tácticas que usó Cromwell en Drogueda impulsaron extraordinaria severidad.
Las acciones de Cromwell en Irlanda ocurrieron en el contexto de una guerra mutuamente cruel. En 1641-42 los irlandeses mataron entre 4,000 y 12,000 colonos protestantes antes de huir. Estos acontecimientos se magnificaron por la propaganda protestante como un intento de exterminar a los colonos protestantes de Irlanda. A su vez, esto causó que las fuerzas Parlamentarias inglesas y los Covenanters escoceses se vengasen de la población católica. En 1655 un tracto parlamentario debatía que, La nación irlandesa entera, consistiendo en gentío, clero y comunes están comprometidos como una nación en esta disputa, para desterrar y extirpar a todos los protestantes ingleses de entre ellos.[16] Un historiador ha llegado tan lejos como para decir, las masacres de 1641 de Cromwell tenían que ser la justificación de la campaña genocida y el asentamiento.[17] El parlamento inglés aprobó una ordenanza contra los irlandeses en 1642, sancionando el matar a rebeldes capturados.
Así como se desarrolló, la guerra vio atrocidades en todos los bandos. El nueve de enero de 1642, los soldados Covenanters bajo el mando del general Monroe, enviados por el Parlamento escocés, masacraron hasta 3,000 católicos en la isla Magee. Cuando Murrough O'Brien y el comandante parlamentario en Cork, tomaron Cashel en 1647 exterminaron a la guarnición y al clero católico (incluyendo a Teobaldo Stapleton), ganándose el mote de Murrough de las quemadas (en 1648 Inquichin cambió de alianza y se convirtió en comandante de las Fuerzas Reales.) Luego de tales batallas como la de batalla de la colina de Dungan y la Batalla de Scarrifholis, las Fuerzas Parlamentarias Inglesas ejecutaron a los Prisioneros Católicos Irlandeses. De forma similar, cuando el general Confederado Tomás Preston tomó Maynooth en 1647, colgó a sus defensores católicos como apostantes. En Inglaterra habían terminado las guerras con atrocidades tales como las del asedio de Colchester en 1648.
Resultados a largo plazo
La conquista de Cromwell completó la Colonización británica de Irlanda. Destruyó las clases terratenientes irlandesas y las sustituyó con colonizadores con identidad británica. La amargura que causó el asentamiento de Cromwell consistió en una poderosa fuente de nacionalismo irlandés desde el siglo XVII en adelante. En 1660, luego de la Restauración de Stuart, Carlos II de Inglaterra devolvió alrededor de un tercio de las tierras confiscadas a los antiguos terratenientes, pero no todas, porque necesitaba apoyo político de los antiguos Parlamentaristas de Inglaterra. Una generación después, durante la revolución Gloriosa, muchos de las clases terratenientes irlandesas intentaron invertir en el restante asentamiento de Cromwell en la Guerra de Cromwell en Irlanda, en donde batallaron en masa por los Jacobitas. Fueron derrotados una vez más, y muchos perdieron tierras que les habían sido reconcedidas después de 1660. Como resultado, los católicos irlandeses e ingleses no llegaron a ser ciudadanos políticos completos del estado británico hasta 1829 y legalmente se les prohibió la compra de intereses valuables en tierras hasta 1778-1793.
Referencias
- ↑ Tom Reilly, 1999, Cromwell: An Honourable Enemy (Cromwell: Un enemigo honorable) ISBN 0863222501
- ↑ History Ireland, review of "Cromwell: An Honourable Enemy" Historia de Irlanda Consultado 04-05-08
- ↑ Padraig Lenihan, Confederate Catholics at War, página-112 (Padraig Lenihan, Católicos confederados en guerra) Cork, Ire- land: Cork University Press, 2001. ISBN 1-85918-244-5.
- ↑ Antonia Fraser, Cromwell, our Chief of Men (1973), (Nuestro jefe de hombres) p. 324 ISBN 0297765566
- ↑ Antonia Fraser, Cromwell our Chief of Men, (Nuestro jefe de hombres) p.326 ISBN 0297765566
- ↑ Padraig Lenihan, Confederate Catholics at War, (Confederados católicos en guerra) p.113 Cork, Ire- land: Cork University Press, 2001. ISBN 1-85918-244-5.
- ↑ Fraser, pp.336-339. Kenyon, Ohlmeyer, The Civil Wars, (Las guerras civiles) p. 98 ISBN 019866222X
- ↑ Kenyon, Ohlmeyer, The Civil Wars, (Las guerras civiles) p.100 ISBN 019866222X
- ↑ Lenihan, p.122 Cork, Ire- land: Cork University Press, 2001. ISBN 1-85918-244-5.
- ↑ James Scott Wheeler, Cromwell in Ireland ISBN 0717128598
- ↑ James Scott Wheeler, Cromwell in Ireland ISBN 0717128598
- ↑ Kenyon & Ohlmeyer The Civil Wars, p.278. Scott Wheeler, Cromwell in Ireland. ISBN 019866222X
- ↑ Lenihan, p. 111 Cork, Ire- land: Cork University Press, 2001. ISBN 1-85918-244-5.
- ↑ Tom Reilly Dingle 1999 ISBN 0863222501
- ↑ John Morrill. "Reescribiendo Cromwell: A Case of Deafening Silences." (Un caso de silencios ensordecedores) ( Canadian Journal of History. (Periódico Canadiense de Historia), diciembre de 2003: 19
- ↑ Richard Lawrence, the Interest of England in Irish transplantation (El interés de Inglaterra en la colonización inglesa) (1655), citado en Lenihan, Confederate Catholics at War Confederados Católicos en Guerra, p111 ISBN 1-85918-244-5
- ↑ Eyewitness to Irish History (Testimonio de la historia irlandesa) Peter Berresford Ellis. John Wiley & Sons Inc 2002. p. 108. ISBN 978-0471266334
Bibliografía
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- Reilly, Tom (1999). «Cromwell, an Honourable Enemy». Dingle. ISBN 0863222501.
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- Fraser, Antonia (1973). Cromwell, our Chief of Men. ISBN 0297765566.
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- Kenyon, John (1998). «The Civil Wars». Oxford. ISBN 019866222X.
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