Puesto que la zona habitable se sitúa más lejos en estrellas más masivas y luminosas, la separación entre el astro principal y el confín interno de esta región es mayor en las enanas amarillas que en las enanas rojas y naranjas. Por tanto, los planetas ubicados en esta zona de las estrellas de tipo G se encuentran a salvo de las intensas emisiones estelares que se producen tras su formación y no se ven tan afectados por la influencia gravitatoria de su astro como aquellos pertenecientes a cuerpos estelares de menor tamaño. De este modo, todos los planetas situados en la zona de habitabilidad de las estrellas de este tipo rebasan el límite de acoplamiento de marea y, por tanto, su rotación no está sincronizada con su órbita.
La Tierra, en órbita en torno a una enana amarilla, representa el único ejemplo conocido de habitabilidad planetaria. Por esta razón, el principal objetivo en el campo de la exoplanetología es hallar un planeta análogo a la Tierra que reúna sus características principales, como tamaño, temperatura media y localización en torno a una estrella similar al Sol. Sin embargo, las limitaciones tecnológicas dificultan el hallazgo de estos objetos por la escasa frecuencia de sus tránsitos, consecuencia de la distancia que les separa de sus estrellas o semieje mayor. Como resultado, solo hay tres exoplanetas confirmados que pertenezcan a sistemas de enanas amarillas en la lista de los veinte más similares a la Tierra tras la actualización del archivo de la NASA del 10 de mayo de 2016: Kepler-452b, Tau Ceti e y Kepler-22b.
Punto blanco (Mononychus punctumalbum) es un escarabajo de la familia de los gorgojos y la subfamilia Ceutorhynchinae. Su tamaño es de cuatro a cinco milímetros, y suele encontrarse en el iris del pantano. Es de forma redonda y su punto blanco lo hace fácil de reconocer. Se han identificado dos variantes de la especie, que se denominan con el nombre científico M. pseudacori o M. salviae.