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Arte mudéjar

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Palacio de Pedro I en el Real Alcázar de Sevilla
Interior de la iglesia de San Andrés de Calatayud
Torre y cimborrio mudéjar de la catedral de Teruel

El arte mudéjar es un estilo artístico que se desarrolló en los reinos cristianos de la península ibérica y que incorporaba influencias, elementos o materiales de estilo hispano-musulmán. Fue la consecuencia de las condiciones de convivencia existentes en la España medieval. Se trata de un fenómeno exclusivamente hispánico que tiene lugar entre los siglos XII y XVII, como mezcla de las corrientes artísticas cristianas (románicas, góticas, renacentistas) y musulmanas de la época y que sirve de eslabón entre el arte cristiano y el islámico.

Las características del arte mudéjar son:

  1. La utilización de materiales blandos como ladrillo, yeso, cerámica o madera, lo que facilita la profusión decorativa.
  2. El uso de ciertos elementos arquitectónicos y temas decorativos.

Para unos historiadores, se trata de un epígono del arte islámico y para otros, de un periodo del arte cristiano en el que aparece la decoración islámica, ya que lo practicaban los mudéjares, gentes de religión musulmana y cultura árabe-bereber que permanecían en los reinos cristianos tras la conquista de su territorio y, a cambio de un impuesto, conservaban su religión y un estatus jurídico propio; pero también moriscos y cristianos que aprendieron las técnicas propias del arte musulmán.[1][página requerida]

No es un estilo artístico unitario, sino que posee características peculiares en cada región, entre las que destacan el mudéjar toledano, leonés, aragonés y andaluz. Desde la península ibérica, también viajó a Canarias y a la América española. En el siglo XIX, junto con otros estilos historicistas apareció el neomudéjar.

El término «arte mudéjar» lo acuñó Amador de los Ríos, en 1859, cuando pronunció su discurso de ingreso en la Academia de Bellas Artes de San Fernando sobre El estilo mudéjar, en arquitectura.[2]​ El arte mudéjar es el más representativo de España en la época medieval, no es grandioso, sino peculiar y más personal. Esta peculiaridad viene dada por su carácter fronterizo entre el norte cristiano y los musulmanes.

Existen distintas variantes de mudejarismo: el románico de ladrillo (León, Valladolid, Ávila y Segovia), el arte mudéjar occidental (desde el Tajo hasta Portugal), el mudéjar aragonés (con características propias, entre otras, la profusión de elementos ornamentales de cerámica vidriada, y mayor desarrollo en los valles del Ebro, Jalón y Jiloca), Extremadura, Andalucía (Granada, Córdoba y Sevilla), la Comunidad Valenciana (Castellón, Valencia y Alicante) y por último el mudéjar canario, con un control gremial más laxo dónde destaca la carpintería hispanomusulmana, a través de los techos, balcones y ajimeces.

Mudéjar

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Mudéjar es el término que designa a los musulmanes que permanecieron viviendo en territorio reconquistado por los cristianos en la península ibérica, durante el proceso de avance de los reinos cristianos hacia el sur (denominado Reconquista) durante la Edad Media.[3]

A estos musulmanes se les permitió seguir practicando el islam, utilizar su lengua y mantener sus costumbres. Se solían organizar en comunidades denominadas aljamas o morerías con diversos grados de autogobierno, según las condiciones de rendición o de subordinación.

Desde el punto de vista económico, la gran mayoría de los mudéjares desarrollaban labores agrícolas o de artesanía (albañilería, carpintería y oficios textiles). Con el transcurso del tiempo, las condiciones de convivencia y tolerancia hacia los musulmanes en las zonas cristianas se hicieron más duras, restringiéndose los contactos sociales y económicos entre comunidades.

En alguna región como Aragón existe una clara relación entre las construcciones mudéjares y la abundante mano de obra islámica que permaneció en esta zona. Sin embargo, en el caso de Andalucía, no existe una relación tan clara, ya que los musulmanes que permanecieron tras la conquista fueron muchos menos, aunque una parte significativa de la escasa población mudéjar estaba dedicada a labores relacionadas con la construcción, alcanzando casi un 50 %, por lo que puede concebirse más bien como una rendición cultural ante el vencido.[4]

Características generales

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Torre de la iglesia de la Asunción de Utebo.

Se da un nuevo tipo de material, el ladrillo, y una nueva decoración superpuesta a elementos constructivos cristianos y musulmanes. Las estructuras arquitectónicas y los materiales son modestos, pero se logra un gran realce mediante el trabajo ornamental del ladrillo, yeso y madera: ajedrezados, espinas de pez, esquinillas, arcos ciegos, redes de rombo y cruces cristianas. El mudéjar supone una reacción nacional en contra de los estilos europeos que se estaban introduciendo. Hasta el siglo XII se fomenta un estatus tolerante hacia los alarifes musulmanes, en el siglo XIII los reyes cristianos van a comenzar a conocer la cultura islámica y se va produciendo un alejamiento de los influjos europeos y un acercamiento hacia la vida musulmana.

Elementos y materiales

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Yeserías

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Se supone que el yeso fue introducido en la península ibérica por los musulmanes, procedente de Oriente y en concreto probablemente de Irán. Su utilización fue abundante durante la dominación islámica, continuando durante el periodo de los reinos de Taifas. Desde aquí se difundió a los territorios cristianos. Las yeserías más antiguas que se conocen en tierras de Castilla y León son las del claustro de San Fernando en el monasterio de Santa María la Real de Las Huelgas (Burgos), datadas entre 1230 y 1260.

Ladrillo

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El ladrillo ha sido considerado el material mudéjar por excelencia, empleándose tanto con fines decorativos como constructivos. El ladrillo era muy usado en Oriente por influencia de la cultura mesopotámica y también en la época hispano-árabe, tanto en la época califal, aunque con carácter servicial respecto a la piedra, como bajo los dominaciones almorávide y almohade, en las que el ladrillo adquiere más protagonismo.

Cerámica

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La utilización de la cerámica al servicio de la arquitectura fue una constante en la alfarería mudéjar, tanto en exteriores como en interiores, y con especial vistosidad y virtuosismo en portadas, torres, zócalos, arrimaderos, solerías y techumbres. Los centros productores más importantes fueron Paterna y Manises en Valencia; Teruel, Calatayud y Muel en Aragón, y Sevilla en Andalucía. Las principales técnicas usadas, procedentes del Arte hispanomusulmán, fueron el alicatado, la cuerda seca y la de cuenca y/o arista.[5][6]

La cubierta de madera

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Techumbre mudéjar del Palacio de la Aljafería (1492). Fue señalado en 2001 como uno de los ejemplos significativos de la declaración del mudéjar aragonés como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, que ampliaba al mudéjar del resto de Aragón el reconocimiento que en 1986 había obtenido el de la ciudad de Teruel.

La utilización de la madera en las techumbres constituye uno de los elementos más representativos del arte mudéjar, tanto en España como en América, adonde fue exportada esta técnica. La tipología de cubiertas permite distinguir:[2]

  • Cubiertas planas (denominadas alfarjes)
  • Cubiertas de armadura
    • Armadura a dos aguas
      • De par e hilera
      • De par y nudillo
    • Armadura a cuatro aguas
      • De lima simple o bordón
      • De lima doble o moamares
  • Cubiertas circulares o abovedadas
Salón de Embajadores, Real Alcázar de Sevilla.

Arquitectura civil

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Casa de Pilatos en Sevilla.

La arquitectura civil mudéjar ofrece caracteres parecidos a la religiosa, aunque propende más al uso del arco redondo y al de herradura. Son notables los alcázares reales de los siglos XIV y XV, como el de Sevilla y, en parte, el de Segovia; el palacio de Alfonso XI en Tordesillas; los palacios de los prelados y magnates de los siglos XV y XVI, como el de Alcalá; el palacio del Duque del Infantado en Guadalajara; el de los Duques de Alcalá en Sevilla (vulgarmente, Casa de Pilatos), etc., todos con sus patios interiores rodeados de arcadas; las puertas de algunas ciudades, como la puerta del Sol en Toledo, que es del siglo XIV y, en fin, algunos castillos célebres como los de castillo de Fonseca en la villa de Coca (Segovia), entre otras muchas construcciones fáciles de reconocer por los caracteres enunciados.

Evolución

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Inicios

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Iglesia de San Lorenzo en Sahagún
Puerta de San Basilio en Cuéllar.

Las primeras representaciones del mudéjar surgen en el siglo XII en la cuenca del Duero, con dos focos principales: las villas medievales de Cuéllar y Sahagún. En el caso de la primera, por estar situada a medio camino entre las ciudades de Segovia y Valladolid, representó una plaza de gran importancia, y en ella se implantó un emporio ganadero que le proporcionó una próspera economía a partir del siglo XII, lo que aportaría un importante número de construcciones, llegando al siglo XV con veinticuatro iglesias y con una población de 1700 habitantes. En sus construcciones, sobre todo en las puertas de la muralla de Cuéllar y especialmente en el arco de San Basilio, se advierten grandes similitudes con el mudéjar militar toledano.

En lo que respecta a la segunda villa, está situada en el Camino de Santiago y se convirtió en un fuerte centro religioso y económico en los siglos XII y XIII, donde pudieron trabajar algunas cuadrillas de alarifes de Toledo para acelerar las obras que en ese momento se ejecutaban en ella. La rapidez de estos alarifes en las construcciones de ladrillo se impondría sobre la construcción de sillería romana.

El primer brote conocido se realiza en torno al Duero y es conocido como románico de ladrillo. Los alarifes siguen las tipologías cristianas tanto en planta como en alzado utilizando pilares, arcos de medio punto, arcos ciegos exteriores y portadas con arquivoltas, con una progresión a la que se le llama abocinamiento.

El mudéjar se consolida en el siglo XIII y se exporta hacia el sur y sureste, a tierras todas ellas llanas y con escasas canteras de piedra (Zamora, Valladolid, Ávila, Guadalajara, Madrid y oeste de Segovia, sin afectar apenas a Burgos, Palencia y Soria).

El periodo más importante en la arquitectura mudéjar en España son los siglos XII, XIV y XV, que se debe a la calidad y bajo precio de los alarifes frente a constructores cristianos. Los alarifes son maestros en la utilización del ladrillo y tardan muy poco tiempo en hacer sus construcciones. La arquitectura mudéjar es fundamentalmente decorativa, introduce nuevas soluciones que ayudan a la arquitectura actual. Emplean materiales blandos y baratos como ladrillo, yeso y barro vidriado. Se diferencia de las grandes construcciones cristianas, es una arquitectura que no utiliza grandes sillares, sino albañilería. Se sustituye la gran bóveda por techumbre plana o armaduras.

Desarrollo

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Iglesia del apóstol Santiago de Montalbán.

El ladrillo se usa con efecto decorativo y obliga a variar las proporciones de ábsides, muros y torres, siendo más pequeñas. Los muros inferiores tienen que ser más recios y sus torres más pequeñas. Estas edificaciones van apareciendo en León, Segovia, Ávila, etc.

El verdadero mudéjar se da del siglo XIII al XV y tiene sus focos más importantes en Toledo, Andalucía y el valle del Ebro. En esta época se daba un dominio casi total y se produce un contacto entre los estilos europeos y musulmanes. Se van a levantar distintas tipologías como iglesias, sinagogas y mezquitas, que se funden en un estilo común: el mudéjar.

Se empiezan a levantar esbeltas torres para las iglesias en Aragón que se asemejan a los alminares musulmanes. Se produce una fusión de elementos constructivos y decorativos, de elementos musulmanes y cristianos, correlativa con la espiritualidad entre las dos Españas. La Escuela de Traductores de Toledo y Alfonso X son el ejemplo más notable de esta cultura.

Sobre el arte mudéjar, fue influyendo la situación de la frontera, siempre móvil, además de los diversos estilos europeos que van penetrando en España y que condicionan este arte.

La posterior conquista de Andalucía dará un mudéjar más joven y con influencias directas de la arquitectura tradicional. Una figura de importancia en el mudéjar es el albañil y su mundo, en oposición con la cantería y los canteros. El "albañil", "el alarife" utiliza el ladrillo, el yeso, escayola, mampuesto, madera... Su situación de vencido lo transforma en mano de obra barata y en condiciones de construir lo que ordenen sus clientes, que serán iglesias, sinagogas, fortalezas, palacios, etc. Posteriormente los cristianos irán aprendiendo esta tradición.

Localización de algunas obras de estilo mudéjar en España y Portugal.

Escuelas

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Foco leonés y castellano

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Del llamado «románico de ladrillo» es ejemplo la iglesia de San Tirso, acabada en 1189, de aspecto sólido y macizo. El cimborrio se eleva sobre el crucero y adelanta algunas características del románico, como la utilización de arquerías y las dos filas de arcos ciegos que aparecen en los ábsides circulares con función tectónica, que forma el esqueleto del edificio. Conforma un soporte y empuje que sostiene el muro. Los edificios mudéjares copian a los cristianos y desarrollan su planta y altura pero en ladrillo. Al emplear ladrillo en el interior, se pierde la columna y se utiliza el pilar. Otra característica es el cimborrio, que a pesar de ser tan pesado, al ser calado va a transmitir sensación de ligereza. En el cimborrio conforme ascendemos, los vanos son mayores para aligerar el peso y conseguir altura. Otro ejemplo es la iglesia de San Martín de Arévalo en Ávila; lo más característico son las dos torres realizadas en ladrillo, sustentadas y decoradas por arquerías ciegas que se convierten en vanos en la parte superior. Se utiliza ladrillo, así como mampostería. También la iglesia de San Andrés de Cuéllar, con una fachada principal de ladrillo muy característica y de las pocas que se conservan; su planta fue calificada por Vicente Lampérez y Romea como la mejor del estilo.[7]

Sus edificios de ladrillo ofrecen una decoración con arcos ciegos de medio punto, juegos de recuadros con rehundimientos y frisos con dientes de sierra. Se localizan tres focos principales: Arévalo, Cuéllar y Sahagún,[8]​ constituyendo el foco cuellarano el más numeroso de Castilla y León.[9][10]​ Otro foco es el vallisoletano, con los municipios de Santervás de Campos y Olmedo, mientras que al de Ávila se une el mudéjar de Madrigal de las Altas Torres.

Son muy numerosas las iglesias, como por ejemplo San Tirso, San Lorenzo y San Pedro de Dueñas, de Sahagún, o las once que se localizan en Cuéllar, donde son importantes igualmente sus tres puertas mudéjares y los restos del mismo arte que se reparten por diferentes puntos de su recinto amurallado.

Mudéjar aragonés

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Torre de la iglesia de San Andrés de Calatayud

El mudéjar aragonés tiene una personalidad muy característica. Sorprende su colorismo, que recibe del uso de azulejos exteriores y los innumerables recursos que extraen del ladrillo. Originales torres de iglesias.

El mudéjar aragonés se distribuye fundamentalmente en el valle medio del Ebro, el del Jalón y el del Jiloca en las provincias de Zaragoza y Teruel, hasta el punto de que el conjunto mudéjar de la capital de esta última provincia (donde descuellan sus torres de San Pedro, del Salvador, de San Martín y de la Catedral) fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1986, reconocimiento que en 2001 se amplió a otros monumentos de Aragón, destacando la colegiata de Santa María de Calatayud, la iglesia de Santa Tecla de Cervera de la Cañada, la de Santa María de Tobed y los elementos mudéjares de la iglesia de San Pablo, la Seo y la Aljafería de Zaragoza.

La descripción de su importancia es la siguiente:

El desarrollo en el siglo XII del arte Mudéjar en Aragón es consecuencia de las condiciones políticas, sociales y culturales particulares que prevalecieron en España después del Reconquista. Este arte, influido por la tradición islámica, refleja también los varios estilos europeos contemporáneos, particularmente el gótico. Presente hasta el inicio del siglo XVII, está caracterizado por un uso extremadamente refinado e inventivo del ladrillo y de azulejos esmaltados en arquitectura, especialmente en los campanarios de iglesias.

La justificación de la declaración está sustentada en el criterio IV de la misma organización:

Criterio IV. Por ser un ejemplo excepcional de un tipo de edificio, conjunto arquitectónico o tecnológico o paisaje que ilustra un periodo significativo en historia humana.

Foco de Toledo

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El estilo toledano ofrece y reúne todas las formas mudéjares en distintos edificios, aunque sin presentar en la forma gótica la brillantez del de Aragón.

Andalucía

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Iglesia de San Marcos, Sevilla.

En el foco mudéjar andaluz se diferencian los estilos de la Baja Andalucía y de la Andalucía Penibética. En Córdoba se mantiene el empleo de la piedra, mientras que en Sevilla predominan el ladrillo y las formas almohades y la construcción de capillas funerarias, iglesias, palacios y sinagogas. Por sus características formales y por su tardía cronología se distingue el mudéjar de la Alta Andalucía, donde perviven elementos de inspiración nazarí, aunque su desarrollo fue frenado por auge del Renacimiento.

Comunidad Valenciana

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Claustro del Monasterio de San Jerónimo de Cotalba, en Alfauir (Valencia).

El arte mudéjar valenciano se centra en las provincias de Castellón y Valencia, siendo en esta última donde se encuentran los testimonios más numerosos. La Torre de la Alcudia, en Jérica (Castellón) es la única torre mudéjar que se conserva en la Comunidad Valenciana. En la provincia de Valencia destaca por su especial singularidad el claustro gótico-mudéjar del Monasterio de San Jerónimo de Cotalba, en Alfauir y los baños árabes, con dos interesantes ejemplos, los Baños del Almirante en Valencia y los de Torres Torres.

Canarias

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Tras la conquista del archipiélago se necesitaba de una arquitectura rápida y funcional, considerándose que la mejor solución constructiva era, sin duda, la mudéjar. Esto se vio favorecido por la llegada a las islas de andaluces, extremeños y portugueses, así como de moriscos expulsados del territorio peninsular.

Iglesia Matriz de El Salvador

La mezcla de estas culturas, la gran abundancia de la resistente madera de tea y la laxitud en la aplicación de la legislación gremial lejos de la metrópoli, desembocó en un mudéjar propio que destaca principalmente por el trabajo de carpintería en techos, balcones y ajimeces.

Detalle de la Iglesia Matriz de El Salvador

Los ejemplos más antiguos del archipiélago se localizan en Santa Cruz de La Palma. Se trata de varias techumbres datadas en el siglo XVI.

Portugal

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En Portugal también se conservan ejemplos de arquitectura mudéjar, aunque en menor medida y con una decoración mucho más simple que en España. El mudéjar de ladrillo se encuentra solo en el ábside de la iglesia de Castro de Avelãs,[11]​ en Braganza, que es muy parecido al de Sahagún.

Un estilo híbrido gótico-mudéjar se desarrolló sobre todo en el Alentejo durante los siglos XV y XVI, conviviendo con el estilo Manuelino. Las ventanas del Palacio Real y el Palacio de los Condes de Basto, en Évora son buenos ejemplos de este estilo híbrido. Elementos decorativos de inspiración mudéjar se encuentran en los azulejos de iglesias y palacios, como los azulejos del siglo XVI importados de Sevilla que decoran el Palacio Nacional de Sintra. Techos de madera mudéjar se encuentran en iglesias de Sintra, Caminha, Funchal, Lisboa y otros lugares.

Obras mudéjares

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En Navarra

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  • La Torre del Reloj en Miranda de Arga.
  • La Iglesia de San Esteban de Arguedas.
  • La Iglesia de San Irineo de Valtierra.
  • La Ermita de Santa María la Real del Yugo.

En el País Vasco

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Torre mudéjar de San Martín (Teruel).
Provincia de Teruel
Provincia de Zaragoza
Yesería mudéjar en el Monasterio de Las Huelgas (Burgos).
Iglesia de San Tirso en Sahagún.
Iglesia de San Andrés de Cuéllar.
Cúpula de la iglesia de San Miguel en Almazán (Soria).
Iglesia de San Boal de Pozaldez (Valladolid).
Palacio de Pedro I, Tordesillas.
Provincia de Ávila
Provincia de León
Provincia de Palencia
Provincia de Salamanca
Provincia de Segovia
Provincia de Soria
Provincia de Valladolid
Provincia de Zamora
Provincia de Burgos
Provincia de Ciudad Real
Provincia de Toledo
Interior de la Sinagoga del Tránsito en Toledo.
Real Alcázar de Sevilla.
Patio de la Sinagoga de Córdoba.
Provincia de Almería
Provincia de Cádiz
Provincia de Córdoba
Provincia de Granada
Provincia de Huelva
Provincia de Jaén
Provincia de Málaga
Provincia de Sevilla
Vista del Monasterio de Guadalupe desde el claustro.
San Pedro el Viejo de Madrid.
Santa Eulalia de Totana
Provincia de Castellón
Provincia de Valencia

Canarias

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Fuerteventura
Gran Canaria
Lanzarote
La Gomera
La Palma
Tenerife

Subsiten importantes monumentos mudéjares de los siglos XV y XVI, sin tener en cuenta los de puro estilo manuelino que también reúnen influencias musulmanas. Pueden calificarse de Mudéjares:

  • El palacio Nacional de Sintra, que en lo principal es del siglo XV con sus ajimeces en herradura, sus vistosos azulejos, sus magníficos artesonados y sus dos enormes cúpulas cónicas.
  • Otros monumentos en Évora, como el derruido Palacio de Don Manuel, el pórtico de San Francisco, alguna puerta en el convento de los Loyos, etc., todos con arcos en herradura.
  • Otras piezas de menor importancia en diferentes poblaciones del Alentejo, que es donde más abunda el estilo.

Sicilia

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Palazzo dei Normanni o Capilla Palatina de Palermo.

En Sicilia, Italia, tienen muchos aspectos en común con la arquitectura mudéjar los monumentos que allí existen de la época normanda (1072-1194), sobre todo, en Palermo, ya que los conquistadores normandos se sirvieron de los vencidos musulmanes para la construcción de iglesias y palacios. El estilo de estos monumentos se conoce como arquitectura árabo-normanda. Destacan la iglesia conocida con el nombre de la Martorana (IT) y la Capilla palatina del Palazzo dei Normanni, ambas en la capital de Sicilia.

América

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El arte mudéjar como estilo de construcción aparentemente se empezó a propagar en América muy rápido desde su descubrimiento. Los primeros años de las colonias presentaron una moderada migración de moriscos, esto gracias a que las principales rutas de comercio partían de Andalucía y a que se volvió una ruta de escape para los moros ante la rendición del emirato nazarí de Granada, el primer paso para la expulsión de los moriscos la cual se decretaría en 1609.

Sobre la activa participación de los moros en la construcción de iglesias y palacios el historiador Joaquín Weiss nos dice:

“En esta época Sevilla era el puerto principal para la carrera de las Indias y sede de la casa de Contratación, con lo cual llegó a disfrutar de una gran prosperidad que se prolongó hasta el siglo XVIII. Cuando la corona, en distintas ocasiones necesitó enviar a Cuba ingenieros y maestros de cantería, materiales y herramientas, consultó con sus oficiales de Sevilla, y de allí, como hemos dicho, vinieron la mayor parte de aquellos.”[14]

Sólo se puede especular de una participación de los moriscos que haya sido económicamente módica durante los inicios de la colonización de América ya que más tarde se decretarían prohibiciones para su ingreso a las colonias.

Otra razón por la que este estilo estuvo ampliamente difundido en toda América fue que ya en la península estaba muy arraigada esta forma de construir y diseñar, la cual inevitablemente migraría junto con su población: “La persistencia de la influencia morisca en el medio cubano se explica, además, por los contactos que mantenía la colonia con Andalucía, ámbito preferente del arte morisco(…)”[14]​ Algunos ejemplos se encuentran en la siguiente lista.

Obras mudéjar de América

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Véase también

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Referencias

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Notas

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  1. Martín González, J. J. «El arte mudéjar». Historia del arte. ISBN 84-248-3147-5 |isbn= incorrecto (ayuda). 
  2. a b López Guzmán, Rafael. Arquitectura mudéjar. Cátedra. ISBN 84-376-1801-0. 
  3. Artola, Miguel Diccionario temático de la Enciclopedia de Historia de España, Madrid: Alianza
  4. Fernández Caro, José Juan; Ravé Prieto, Juan Luis; Respaldiza Lama, Pedro José. Junta de Andalucía. Consejería de Educación y Ciencia y Consejería de Cultur, ed. El arte mudéjar en Sevilla. ISBN 84-89777-80-2. Consultado el 9 de diciembre de 2012. 
  5. Fatás, Guillermo; Borrás, Gonzalo (1993). Diccionario de términos de Arte. Alianza.Ediciones del Prado. ISBN 84-7838-388-3. 
  6. Caro Bellido, Antonio (2008). Diccionario de términos cerámicos y de alfarería. Cádiz: Agrija Ediciones. ISBN 84-96191-07-9. 
  7. Velasco Bayón, Balbino (1978). Cuéllar. León: Editorial Everest. p. 26. ISBN 84-241-4434-1. 
  8. Contreras y López de Ayala, Juan (1934). Historia del arte hispánico. Barcelona. 
  9. Llorente, Juan C. (1988). «Aportaciones al libro "Segovia Románica" de J. M. Santamaría». Revista "Decir" (26). pág. 16. 
  10. Thempos Comunicación (1998). «La capital del mundo mudéjar». Revista "De mudéjar y castillos" (1). págs. 16-21.  En la revista, especializada en este arte, se advierte que "el importante conjunto de iglesias románicas de ladrillo la configuran como la población que cuenta con mayor número de monumentos de esta progenie, y también con más calidad", pág. 16).
  11. [1]
  12. Galicia digital: Mudéjar en Lugo – Iglesia de San Pedro
  13. Región de Murcia, Arte mudéjar
  14. a b Weiss, Joaquin E. (1972). La Arquitectura Colonial Cubana: siglos XVI al XIX. Instituto Cubano del Libro. ISBN 8480950838. 

Bibliografía

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  • BENITO Goerlich, Daniel y VVAA. "El arte mudéjar valenciano". págs. 301-324. Entre tierra y fe: los musulmanes en el reino cristiano de Valencia (1238-1609)". Universitat de Valencia. Coord. Norberto Piqueras Sánchez, 2009, ISBN 978-84-370-7368-2.
  • BORRÁS GUALIS, G.M. El arte mudéjar. Teruel: Instituto de Estudios Turolenses, 1990.
  • GALIAY Sarañana, José, Gonzalo Máximo Borrás Gualis y Ricardo Centellas (eds. lit.), Arte mudéjar aragonés, Zaragoza, Institución «Fernando el Católico», 1950. Reproducción facsímil, Institución «Fernando el Católico», 2002. ISBN 84-7820-655-8. Edición electrónica completa en pdf en la Biblioteca virtual de la Institucióin Fernando el Católico
  • LÓPEZ GUZMÁN, R. Arquitectura mudéjar: Del sincretismo medieval a las alternativas hispanoamericanas. Madrid: Cátedra, 2005.
  • PACIOS LOZANO, Ana R. Bibliografía de arquitectura y techumbres mudéjares (1857-1991). Teruel: Instituto de Estudios Turolenses, 1993.
  • PACIOS LOZANO, Ana R. Bibliografía de arte mudéjar: Adenda (1992-2002). Teruel: Centro de Estudios Mudéjares del Instituto de Estudios Turolenses, 2002.
  • PACIOS LOZANO, Ana R. Bibliografía de arte mudéjar: Adenda (2003-2013). Teruel: Centro de Estudios Mudéjares, 2020.
  • SEBASTIÁN, Santiago; HENARES CUÉLLAR, Ignacio y MORALES, Alfredo J. (1995). El mudéjar iberoamericano: del Islam al nuevo mundo. Lunwerg , S.L. ISBN 84-7782-334-0. 

Enlaces externos

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