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Usuario:Fabiola Mastache/Arte en los principios de la Escocia Moderna

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Autorretrato de George Jamesone, 1642
Ejemplo raro de vidrio pintado de la pre-Reforma en Magdalen Chapel, Edimburgo

El arte en la Escocia Moderna incluye todas las formas de la producción artística en las fronteras modernas de Escocia, entre la adopción del Renacimiento a principios del siglo dieciséis hasta los principios de la ilustración escocesa a mitades del siglo dieciocho. 

El arte devocional antes de la Reforma Escocesa incluía libros e imágenes encargados en los Países Bajos. Antes de la Reforma Escocesa a mitades del siglo dieciséis, los interiores de las iglesias escocesas eran usualmente hechas con un diseño elaborado y coloridas, con casa sacramentadas y arte funerario. El arte eclesiástico en Escocia pagó una cuota grande como resultado de la Reforma Iconoclasta, con la pérdida casi total del vidrio pintado medieval, esculturas religiosas y pinturas.

En 1500, la monarquía escocesa empezó a registrar las semejanzae reales en los retratos de paneles. Fueron más impresionantes los trabajos de artistas que fueron importados por el continente, particularmente de los Países Bajos. La tradición del retrato real en Escocia fue probablemente interrumpida por las minorías y regencias por las que pasó gran parte del siglo dieciséis, pero renació después de la Reforma. James VI utilizó a los artistas flamencos Arnold Bronckorst y Adrian Vanson, quienes dejaron atrás un registro visual del rey y de las figuras más importantes de la corte. El primer artista significativo natal fue George Jamesone.

La pérdida del apoyo eclesiástico que fue resultado de la Reforma, creó una crisis para los artesanos y artistas nativos, quienes recurrieron al apoyo secular. Uno de los resultados de esto fue el surgimiento de los techos y paredes pintadas en el Renacimiento Escoces. Otras formas de las decoraciones domésticas incluían tapices y el grabado en piedras y madera. En la primera mitad del siglo dieciocho hubo un incremento profesional y organizacional del arte. Un gran número de artistas tomaron el grand tour La Academia de St. Luke fue fundada como una sociedad para artistas en 1729. Entre sus miembros estaba Allan Ramsay, quien emergió como uno de los artistas británicos más importantes de la era. 

Arte devocional

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Una página de Hours of James IV of Scotland

El arte devocional que se adquirio en los Países Bajos a finales del siglo quince y a principios del siglo dieciséis incluían imágenes de St Catherine y St John que fueron llevadas a Dunkeld; los retablos de Hugo van Der Goes para la Iglesia de la Universidad de la Trinidad en Edimburgo, comisionado por James III, y el trabajo por el cual el Maestro flamenco de Escocia, James IV, fue llamado.[1]​ Hay también un gran número de libros devotos elaborados de finales del siglo quince y principios del siglo dieciséis, usualmente hechos en los Países Bajos y Francia por patrones escoceses. Estos incluyen el libro de rezos comisionado por Robert Blackadder, el arzobispo de Glasglow, entre 1484 y 1492 [2]​ y el ilustrador flamenco del libro de horas, conocido como Horas de James IV de Escocia, dado por James IV a Margaret Tudor después de 1503 y descrito por D. H Caldwell como “posiblemente el manuscrito medieval más fino que ha sido comisionado para el uso escoces”.[3]

Antes de la reforma a mediados del siglo dieciséis, los interiores de las iglesias escocesas estaban decoradas y coloridas. Particularmente en el noroeste del país había casas sacramentales altamente decoradas, como las que sobrevivieron en Kiknell en 1524 y en Deskford en 1541.[4]​ Las efigies monumentales en las iglesias eran usualmente coloridas, bañadas en oro y dedicadas a miembros del clérigo, a caballeros y a sus esposas. En contraste con Inglaterra, donde la moda por los monumentos de piedra tallada dio paso a los monumentos de metales, en Escocia se continuaron produciendo hasta finales del periodo medieval.[5][6]​ Estas incluyen las muy elaboradas tumbas de Douglas en el centro de Douglas y la tumba construida para Alexander McLeod (d. 1528) en Rodel en Harris.[4]​ El arte eclesiástico de Escocia pagó una cuota muy alta como resultado de la Iclonasia de la Reforma, con la pérdida casi total del vidrio medieval pintado, esculturas religiosas y pinturas.[7]​ El único vidrio pintado sobreviviente importante de la pre-Reforma en Escocia es una ventana de cuatro medallones en la capilla de St. Magdalen en Cowgate, Edimburgo, terminada en 1544.[8]​ El tallado de madera se puede ver en King´s College en Aberdeen y en la Catedral de Dunblane [9]​ En el altiplano del oeste, donde había un castillo hereditario de escultores monumentales, la incertidumbre y pérdida del patrocinio causado por el rechazo de monumentos en la Reforma significó que se moverían a otra rama de la orden gaélica o tendrían que tomar otras ocupaciones. La falta de habilidades para tallar se nota en la menor calidad de las tumbas que fueron comisionadas a principios del siglo diecisiete.[10]​ De acuerdo a N. Prior, la naturaleza de la Reforma Escocesa pudo haber tenido otros efectos más grandes, limitando la creación de una cultura de muestra pública significando que el arte fue canalizado hacia una forma más severa de expresión con énfasis en el control privado y doméstico.[11]

Retratos

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James Stewart, 1er Conde de Moray por Hans Eworth

Cerca de 1500, aproximadamente en la misma época que en Inglaterra, los monarcas escoceses recurrieron al registro de las semejanzas reales en retratos de paneles, pintados con óleos en madera, quizá como una forma de expresión política. En 1502, James IV pagó por retratos de la casa de los Tudor, probablemente por "Inglishe payntour" llamado "Mynours", quien se quedó en Escocia para pintar al rey y a su nueva esposa Margaret Tudor el siguiente año.[12]​ “Mynours” era Maynard Wewyck, un pintor flamenco quien usualmente trabajaba para Henry VII en Londres. [13]​ Como en Inglaterra, la monarquía pudo haber tenido retratos modelo de la realeza usados para copias y reproducciones, pero las versiones de los retratos de la realeza nativa que sobrevivieron son generalmente crudos por los estándares continentales.[1]​ Son mucho más impresionantes los trabajos y artistas importados por el continente, particularmente de los Países Bajos, considerado usualmente el centro de pinturas en el Renacimiento Nórdico.[1]​ Los productos de estas conexiones incluían un excelente retrato de William Elphinstone.[2]​ Es una de las primeras representaciones sobre vividness de un sujeto escoces que probablemente fue pintado por un artista escoces usando técnicas flamencas.[14]​ La tradición de los retratos reales pintados en Escocia fue interrumpida por las minorías y regencias por las que pasó por gran parte del siglo dieciséis. En su mayoría, James V probablemente estaba más preocupado por la expresión arquitectónica de la identidad real.[15]​ La reina María de Escocia fue llevada a la corte francesa, donde fue dibujada y pintada por artistas europeos importantes, pero no tuvo ningún retrato de adulta, excepto el retrato de su unión con su segundo esposo Henry Stuart, Lord Darnley. Esto pudo haber sido un reflejo histórico de los patrones escoceses, donde la visualización heráldica o una tumba elaborada eran consideradas más importantes que un retrato.[14]

Los retratos empezaron a surgir después de la Reforma.[15]​ Había retratos de individuos importantes hechos por artistas anónimos, incluyendo uno de James Hepburn, 4to conde de Bothwell (1556).[15]​ Los artistas de los Países Bajos siguieron siendo importantes. Hans Eworth, que fue el pintor de la corte de María I de Inglaterra, pintó un gran número de sujetos escoceses en 1560. Sus retratos de boda de 1561 fueron miniaturas conmemorando el corto matrimonio del conde de Bothwell y Jean Gordon.[14]​ También pintó a James Stewart, 1er Conde de Moray en 1561 y dos años después pintó un retrato del joven Darrnley y su hermano Charles Stuart.[16]​Lord Seaton, amo de “The Royal Household” encargó dos retratos en los Países Bajos en 1570, uno de él mismo y un retrato familiar.[7]​ Un específico tipo de retrato escoces es el “vendetta portrait”, diseñado para mantener viva la memoria de un acontecimiento triste. Los ejemplos incluyen Darlney memorial portrait, que muestra a un joven James IV arrodillándose ante la tumba de su padre asesinado y el retrato de tamaño real del cadáver de “The Bonnie Early of Moray” most random explícitamente las heridas de James Stewart, 2do Conde de Moray cuando fue asesinado por George Gordon, 1er Marqués de Huntlly en 1592.[17]

The Bonnie Earl of Moray, anonimo "vendetta portrait" de James Stewart, 2do Conde de Moray asesinado, 1592 (1591 Old Style)
Autorretrato por John Baptist Medina (c. 1698)

Hubo un intento de producir una serie de retratos de reyes escoceses en retratos de paneles, probablemente para la entrada real del joven James VI en 1579 a los quince años de edad, que de alguna manera son medievales. En el reinado de James VI, las formas renacentistas de los retratos empezaron a dominar.[15]​ Él usó a dos artistas flamencos, Arnold Bronckorst a principios de 1580 y Adrian Vanson de aproximadamente 1584 a 1602, quien dejó un registro visual del rey y de las figuras más importantes de la corte.[14]​ Sin embargo, “The Union of Crowns” removieron en 1603 una fuente importante del patrocinio artístico en Escocia mientras James VI y su corte se movían a Londres. El resultado ha sido visto como un cambio “de corona a castillo”, mientras la nobleza y los terratenientes locales se volvieron las principales fuentes de patronaje.[18]

Para el siglo diecisiete la moda de los retratos se había extendido hasta los terratenientes como Colin Campbell de Glenorchy y John Napier of Merchiston.[14]​ El primer artista nativo importante fue George Jamesone de Aberdeen (1589/90-1644), quien, entrenado en los Países Bajos, se convirtió en uno de los pintores de retratos más importantes del reinado de Charles I. El entrenó al artista barroco John Michael Wright (1617–94), quien pinto a sujetos escoceses e ingleses. [7]​ El pintor flamenco-Español John Baptist Medina (1659-1710) llegó a Escocia en 1693 y se convirtió en el principal pintor de retratos de su generación.[19]​ Entre sus obras más conocidas esta un grupo de cerca de 30 retratos ovalados en los que se incluyen un retrató de él mismo en Surgeons´Hall en Edimburgo. Entrenó a su hijo, también llamado John, y a William Aikman (1682-1731), quien se convirtió en el principal pintor de retratos de la siguiente generación.[20]​ Aikman migró a Londres en 1723, y desde este punto hasta finales del siglo dieciocho, gran parte de los pintores escoceses lo siguieron.[21]

Decoración doméstica

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Techo pintado en Rossend Castle, Burntisland

La pérdida del apoyo eclesiástico, que fue resultado de la Reforma, creó una crisis para artistas y artesanos nativos. Una consecuencia de esto fue el nacimiento de paredes y techos pintados en el Renacimiento escoces, con una gran núme o de casas privadas de burgueses, terratenientes y lords ganando un gran número de patrones detallados y coloreados, de los cuales aproximadamente unos cien ejemplos han sobrevivido.[7]​ Estas fueron hechas por artistas anónimos escoceses usando patrones que llevaron a la incorporación de simbolismo filosófico y moral con elementos que llaman a la heráldica, piedad, mitos clásicos y alegoría.[7]​ Uno de los primeros ejemplos sobrevivientes está en el palacio Hamilton de Kinneil, West Lothian, decorado en 1550 para el entonces regente James Hamilton, Conde de Arran.[22]​ Otros ejemplos incluyen el techo de Prestongrange House, , hecha en 1581 para Mark Kerr, Comandante de Newbattle, y la larga galería en Pink House, pintada para Alexander Seaton, Conde de Dunfermline en 1621.[7]

Los registros indican que los palacios escoceses eran adornados con tapices caros, como aquellos que se describen en la Iliada y la Odisea puestos por James IV en Holyrood.[23]​ Algunos eran hechos por bordadores profesionales exclusivos, pero el trabajo con aguja era parte de la educación de las mujeres en cualquier clase social. Algunos de estos tapetes eran hechos por mujeres nobles, como las fajillas exteriores de la cama que fueron hechos por Katherine Ruthven para su matrimonio con Campbell de Glenorchy en 1551. Estos son de los ejemplos más viejos de bordados escoceses hechos.[24]​Pusieron las iniciales de la pareja, los brazos y la historia de Adam y Eva. Un tapete diseñado para cubrir una mesa puede estar conectado con el matrimonio de Katherine Oliphant, ya que tiene sus iniciales, brazos, versos bíblicos y (quizás como una broma) un elefante. Mucho del trabajo con la aguja del siglo dieciséis ha sido atribuido, probablemente erróneamente, a María, Reina de Escocia. Se piensa que ella contribuyó a Oxburgh Hangings mientras era prisionera en Inglaterra.[24]

El rey James V en un Stirling Heads

Aunque la tradición del tallado de piedra y madera en las iglesias terminó con la Reforma, continuó en los palacios reales, la gran casa de la nobleza y hasta en los hogares de los terratenientes y burgueses.[25]​ La tapa interesante del Bute mazer en el siglo catorce, tallado de una sola pieza de hueso de ballena, fue probablemente creado a principios del siglo dieciséis.[26]​ Los tallados de piedra en Stirling Castle, de la región de James V, son tomados de patrones alemanes,[27]​ e, como el tallado de roble de “King´s Presence Chambers”, conocida como Stirling Heads, incluyen figuras contemporáneas, bíblicas y clásicas.[28]​ Estas y la elaborada Fuente del Renacimiento en Linlithgow Palace (c. 1538.), sugirió que había un taller con una conexión con la corte a principios del siglo dieciséis.[9]​ Algunos de los mejores tallados de madera domésticos están en los paneles de Beaton, hecho para Arbroath Abbey[9]​ y en el Huntly Castle, reconstruido para George Gordon, 1er marqués de Huntly a principios del siglo diecisiete. Sus tonos anticatólicos los llevó a estar dañados por el ejército Covenanter en 1640.[29]​ A partir del siglo diecisiete, mientras que la arquitectura doméstica estaba creciendo para la nobleza en vez de ser fortificada, se hacía un tallado muy elaborado en frontones tallados, chimeneas, armas heráldicas y motivos clásicos. También se empezó a usar el yeso, usualmente para detallar flores y querubines.[30]​ Era común tener decoraciones sumamente talladas en una casa ordinaria en ese periodo. También existe el tallado heráldico, como los brazos de Holyrood Palace, diseñado por el pintor holandés Jacob de Wet en 1677. La tradición de tallar también sobrevivió en algunos trabajos como en los paneles de piedra en el jardín de Edzell Castle (c. 1600), el tallado ahora perdido para las universidades de Edimburgo y Gasglow en el siglo diecisiete y en varios relojes de sol elaborados en el siglo diecisiete, como los de Newbattle.[9]

Profesionalización del arte

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Un capriccio por James Nories senior (1684–1757), acreditado con iniciar la tradición de la pintura paisajista en Escocia
Autoretrato de Allan Ramsay

Se puede ver el crecimiento de la importancia del arte real en el post de Painter and Limmer, creado en 1702 para George Ogilvie. Los deberes incluían dibujos del Monarca, sus sucesores y miembros de la familia real; para la decoración de la casa real y de los palacios. Sin embargo, de 1723 a 1823 la oficina fue una sinecura mantenida por miembros de la familia Abercrombie, que no necesariamente estaban conectados con habilidades artísticas.[31]​ Muchos pintores de la primera parte del siglo dieciocho siguieron trabajando como artesanos, como los miembros de la familia Norie, James (1684- 1757) y sus hijos, Robert y el joven James, quien pintó la casa de la nobleza con paisajes escoceses que eran capriccios o pastiches de paisajes italianos u holandeses.[32]​ Asesoraron a artistas y han sido acreditados con el inicio de la tradición de pintar paisajes escoceses que nacería a finales del siglo dieciocho.[33]​ Italia se convirtió en un punto de referencia importante para artistas escoces. Muchos tomaban el Grand Tour ahí para pintar, ver el arte y aprender de los maestros italianos.[34]

En 1729 hubo un intento de fundar una escuela de pintura en Edimburgo como la Academia de St. Luke, llamada así en honor a la Accademia di San Luca en Roma. Su presidente era George Marshall, un pintor de naturaleza muerta y retratos, y su tesorero era el grabador Richard Cooper. Otros miembros incluían al estudiante de Cooper, Robert Strange, los dós jóvenes Nories, el pintor de retratos John Alexander (c. 1690-c, 1733) y Allan Ramsay (1713-84).[35]​ El éxito del grupo fue limitado por su asociación con el Jacobitismo, con Impresiones raras de notas de banco para los rebeldes.[36]​ Alexander fue uno de los bisnietos de George Jameson. Estudió en Londres y Roma, y regresó a Edimburgo en 1720 donde pintó The Rape of Prosperine, para el techo de unas escaleras en Gordon Castle y numerosos retratos.[21]​ Ramsay emergió como el alumno más distinguido de la academia. Estudió en Suecia, Londres e Italia antes de ir a Edimburgo. Ahí, se estableció como uno de los mejores pintores de retratos de la nobleza escocesa, antes de mudarse a Londres en 1757.[37]​ Hizo visitas ocasionales a Edimburgo para trabajar para la nobleza y para la alta burguesía.[21]

Notas

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  1. a b c J. Wormald, Court, Kirk, and Community: Scotland, 1470–1625 (Edinburgh: Edinburgh University Press, 1991), ISBN 0-7486-0276-3, pp. 57–9.
  2. a b B. Webster, Medieval Scotland: the Making of an Identity (St. Martin's Press, 1997), ISBN 0-333-56761-7, pp. 127–9.
  3. D. H. Caldwell, ed., Angels, Nobles and Unicorns: Art and Patronage in Medieval Scotland (Edinburgh: National Museum of Scotland, 1982), p. 84.
  4. a b I. D. Whyte and K. A. Whyte, The Changing Scottish Landscape, 1500–1800 (London: Taylor & Francis, 1991), ISBN 0-415-02992-9, p. 117.
  5. R. Brydall, The Monumental Effigies of Scotland: from the Thirteenth to the Fifteenth Century (Kessinger Publishing, 1895, rpt. 2010) ISBN 1-169-23232-9.
  6. K. Stevenson, Chivalry and Knighthood in Scotland, 1424–1513 (Boydell Press, 2006), ISBN 1-84383-192-9, pp. 125–8.
  7. a b c d e f A. Thomas, The Renaissance, in T. M. Devine and J. Wormald, The Oxford Handbook of Modern Scottish History (Oxford: Oxford University Press, 2012), ISBN 0-19-162433-0, pp. 198–9.
  8. T. W. West, Discovering Scottish Architecture (Botley: Osprey, 1985), ISBN 0-85263-748-9, p. 55.
  9. a b c d H. Scott, ed., Scotland: A Concise Cultural History (Mainstream, 1993), ISBN 1-85158-581-8, p. 208.
  10. J. E. A. Dawson, Scotland Re-Formed, 1488–1587 (Edinburgh: Edinburgh University Press, 2007), ISBN 0-7486-1455-9, p. 131.
  11. N. Prior, Museums and Modernity: Art Galleries and the Making of Modern Culture (Berg, 2002), ISBN 1-85973-508-8, p. 102.
  12. R. Tittler, "Portrait, politics and society", in R. Tittler and N. Jones, eds, A Companion to Tudor Britain (Hoboken, NJ: John Wiley & Sons, 2008), ISBN 1-4051-3740-1, p. 449.
  13. M. Belozerskaya, Rethinking the Renaissance, Burgundian Arts Across Europe (Cambridge 2002), ISBN 978-1-107-60544-2, p. 159: J. W. Clark, 'Notes on the tomb of Margaret Beaufort,' Proceedings Cambridge Antiquarian Society, 45 (1883), pp. 267–8.
  14. a b c d e J. E. A. Dawson, Scotland Re-Formed, 1488–1587 (Edinburgh: Edinburgh University Press, 2007), ISBN 0-7486-1455-9, pp. 55–6.
  15. a b c d R. Tittler, "Portrait, politics and society", in R. Tittler and N. Jones, eds, A Companion to Tudor Britain (Hoboken, NJ: John Wiley & Sons, 2008), ISBN 1-4051-3740-1, pp. 455–6.
  16. E. K. Waterhouse, Painting in Britain: 1530 to 1790 (Yale University Press, 5th edn., 1994), ISBN 0-300-05833-0, p. 32.
  17. E. K. Waterhouse, Painting in Britain: 1530 to 1790 (Yale University Press, 5th edn., 1994), ISBN 0-300-05833-0, pp. 48–9.
  18. J. Wormald, Court, Kirk, and Community: Scotland, 1470–1625 (Edinburgh: Edinburgh University Press, 1991), ISBN 0-7486-0276-3, p. 193.
  19. M. Lynch, ed., The Oxford Companion to Scottish History (Oxford: Oxford University Press, 2001), ISBN 0-19-211696-7, p. 136.
  20. E. K. Waterhouse, Painting in Britain, 1530 to 1790 (London: Penguin, 4th Edn, 1978), pp. 150–1.
  21. a b c E. K. Waterhouse, Painting in Britain: 1530 to 1790 (Yale University Press, 5th edn., 1994), ISBN 0-300-05833-0, p. 330.
  22. J. E. A. Dawson, Scotland Re-Formed, 1488–1587 (Edinburgh: Edinburgh University Press, 2007), ISBN 0-7486-1455-9, p. 290.
  23. M. Glendinning, R. MacInnes and A. MacKechnie, A History of Scottish Architecture: from the Renaissance to the Present Day (Edinburgh: Edinburgh University Press, 1996), ISBN 0-7486-0849-4, p. 14.
  24. a b J. E. A. Dawson, Scotland Re-Formed, 1488–1587 (Edinburgh: Edinburgh University Press, 2007), ISBN 0-7486-1455-9, p. 178.
  25. J. Warrack, Domestic Life in Scotland, 1488–1688: A Sketch of the Development of Furniture and Household Usage (1930, Forgotton books, reprint, 2012), pp. 76–82.
  26. H. Fothringham, Scottish Gold and Silver Work (London: Pelican, 2nd edn., 1999), ISBN 1-4556-1170-0, p. 54.
  27. C. McKean, The Scottish Chateau (Sutton, 2nd edn., 2004), ISBN 0-7509-3527-8, p. 90.
  28. J. Dunbar, The Stirling Heads (London: RCAHMS/HMSO, 1975), ISBN 0-11-491310-2, p. 21.
  29. M. Glendinning, R. MacInnes and A. MacKechnie, A History of Scottish Architecture: from the Renaissance to the Present Day (Edinburgh: Edinburgh University Press, 1996), ISBN 0-7486-0849-4, p. 46.
  30. T. W. West, Discovering Scottish Architecture (Botley: Osprey, 1985), ISBN 0-85263-748-9, p. 68.
  31. The Laws of Scotland: Stair Memorial Encyclopaedia, vol. 7 "The Crown", para 847.
  32. I. Baudino, "Aesthetics and Mapping the British Identity in Painting", in A. Müller and I. Karremann, ed., Mediating Identities in Eighteenth-Century England: Public Negotiations, Literary Discourses, Topography (Aldershot: Ashgate, 2011), ISBN 1-4094-2618-1, p. 153.
  33. E. K. Waterhouse, Painting in Britain, 1530 to 1790 (London: Penguin, 4th Edn, 1978), p. 293.
  34. J. Wormald, Scotland: A History (Oxford: Oxford University Press, 2005), ISBN 0-19-162243-5.
  35. A. Smart, The Life and Art of Allan Ramsay (London: Taylor & Francis, 1951), p. 11.
  36. J. D. Mackie, B. Lenman and G. Parker, A History of Scotland (London: Penguin, 1991), ISBN 0-14-013649-5, p. 311.
  37. "Allan Ramsey", Encyclopædia Britannica, retrieved 7 May 2012.