En esta isla se halla la ciudad fortificada de Mozambique, antigua factoría portuguesa situada en la ruta marítima de la India. Su sorprendente unidad arquitectónica se debe a la una utilización constante de los mismos métodos de construcción y materiales (piedra o macuti) desde el siglo XVI, así como la aplicación de principios ornamentales siempre idénticos. (UNESCO/BPI)[1]
La inscripción en esta lista es la primera etapa para cualquier futura candidatura. Mozambique, cuya lista indicativa fue revisada por última vez el 20 de agosto de 2008,[2] ha presentado los siguientes sitios:
Los sitios que siguen estuvieron anteriormente en la lista Indicativa, pero fueron retirados o rechazados por la UNESCO. Los sitios que aún se incluyen en otras entradas en la lista Indicativa o que fueron aceptados y son parte de sitios del Patrimonio Mundial no se incluyen aquí.[3]
Bien inmaterial inscrito en 2008 (originalmente proclamado en 2005).
Este elemento es compartido con MalauiMalaui y Zambia
El Gule Wamkulu era a la vez un culto secreto y una danza ritual practicada por la población chewa en Malawi, Mozambique y Zambia. Era bailado por los miembros de la cofradía Nyau, una sociedad secreta de hombres iniciados. En la sociedad matrilineal tradicional chewa, donde los hombres casados desempeñaban un papel relativamente marginal, el Nyau era un medio de crear un contrapeso y una solidaridad entre los hombres de varias aldeas. Los miembros de Nyau siguen siendo responsables de la iniciación de los jóvenes en la edad adulta y de la representación del Gule Wamkulu al final del proceso de iniciación, celebrando la integración de los hombres jóvenes en sociedad de adultos.
El Gule Wamkulu tiene lugar en la temporada que sigue a la cosecha de julio, pero también puede verse en bodas, funerales, y con motivo de la entrada en funciones o la muerte de un jefe. En esas ocasiones, los bailarines Nyau llevan trajes y máscaras hechos de madera y de paja, representando una gran variedad de personajes, tales como animales salvajes, espíritus de los muertos, de los negreros, así como personajes más recientes tales como el “Honda” o el “helicóptero”. Cada uno de estos personajes desempeña el papel de alguien, a menudo malvado, que ilustra una forma de mala conducta lo que sirve para enseñar al público los valores morales y sociales. Estos personajes realizan danzas con una energía extraordinaria, entreteniendo y asustando al público como representantes del mundo de los espíritus y de los muertos.
El Gule Wamkulu se remonta al gran imperio chewa del siglo XVII. A pesar de los esfuerzos de los misioneros cristianos para abolir esta costumbre, ha logrado sobrevivir bajo la dominación colonial británica adoptando algunos aspectos del cristianismo. Por consiguiente, los hombres chewa tienden a ser miembros de una iglesia cristiana y también de una sociedad Nyau. Sin embargo, las representaciones de Gule Wamkulu van perdiendo su función y su significado original, quedando en una simple diversión para turistas o con al servicio de partidos políticos. (UNESCO/BPI)[4]
Bien inmaterial inscrito en 2008 (originalmente proclamado en 2005).
Las comunidades chopi viven principalmente en la parte meridional de la provincia de Inhambane, en el sur de Mozambique, y son famosas por su música de orquesta. Sus orquestas constan de cinco a treinta xilófonos de madera, llamados timbila (mbila en singular), de distintos tamaños y registros tonales. Los timbila son instrumentos afinados con gran precisión y fabricados con una madera de gran resonancia procedente de un árbol de crecimiento lento llamado mwenje. Debajo de cada listón se adapta un resonador de calabaza, que se pega firmemente con cera de abeja y se impregna de aceite de nkuso, lo que da al timbila su rica sonoridad nasal y sus vibraciones características. Las orquestas se componen de maestros del timbila y de aprendices de todas las edades. Se ven niños tocando al lado de sus abuelos. Cada año, se componen varias obras nuevas que se interpretan en las bodas y otros acontecimientos de la comunidad. Los ritmos dentro de cada tema son complejos, de modo que la mano izquierda del músico ejecuta a menudo un ritmo distinto al de la mano derecha. Las interpretaciones duran más o menos una hora. Presentan temas para solistas y otros para orquesta, utilizando tempos distintos. Estrechamente asociadas a la música, hay también danzas particulares timbila que son bailadas por dos a doce bailarines delante de la orquesta.
Cada interpretación de timbila incluye un canto solemne (m’zeno), acompañado por bailarines, mientras los músicos tocan en sordina un ritmo lento. Estos textos, llenos de humor y sarcasmo, reflejan cuestiones sociales contemporáneas y sirven para hacer la crónica de los acontecimientos de la comunidad.
La mayoría de los músicos experimentados del timbila son ancianos. Aunque varios maestros del timbila han comenzado a formar a músicos jóvenes, admitiendo también a muchachas en sus orquestas y grupos de danza, los jóvenes están perdiendo cada vez más el contacto con este patrimonio cultural. Además, la tala de árboles ha ocasionado una escasez de la madera necesaria para producir la sonoridad peculiar de los instrumentos del timbila. (UNESCO/BPI)[5]