Cigarral de Buenavista

Cigarral de Buenavista
Tipo	palacio
Localización	Toledo (España)
Coordenadas	39°52′37″N 4°02′36″O / 39.876897, -4.043371
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El cigarral de Buenavista, desde 2014 reconvertido en hotel con el título Palacio Buenavista, es un cigarral de la ciudad española de Toledo construido a comienzos del siglo XVI como finca de recreo a las afueras de la ciudad por orden del cardenal Bernardo de Sandoval y Rojas, quien encargó los planos a Juan Bautista Monegro.^[1]

Historia

Fue construido en un lugar con una suave elevación, desde su recinto se completa la silueta de Toledo, la ancha vega y el río Tajo, que discurre a los pies del palacio.

El palacio fue lugar de reuniones literarias, de las que fue principal promotor el sobrino del cardenal, Francisco de Rojas y Guzmán, I conde de Mora. A ellas asistieron los poeta Baltasar Elisio de Medinilla, José de Valdivielso y, durante sus estancias en Toledo, visitaron el cigarral, entre otros, Lope de Vega, Tirso de Molina, Miguel de Cervantes, Baltasar Gracián. El jardín fue uno de los más elaborados y cuidados del momento siendo comparable a los jardines del siglo XVI de los grandes palacios, con una variada flora, la visita de ciervos y gacelas y la compañía de estatuas de ninfas.

Ya en el siglo XX el cigarral pasó a formar parte de las propiedades del conde de Romanones, quien tenía verdadera obsesión por las fincas rústicas, prueba de ello eran las numerosas extensiones que poseía. Se dice que fue en este cigarral donde escribió casi todas sus obras. Fue bajo la propiedad del conde de Romanones cuando se comienza la restauración de la casa-palacio y se adecentan los exteriores, dando pasó a un jardín con serpenteantes senderos.

El cigarral restaurado por Romanones fue punto de encuentro de muchas celebridades, de entre todas ellas, la más ilustre sería sin duda la presencia de Alfonso XIII, que tomaba como campo base para sus cacería este estratégico lugar.

Fue en el año 2007 cuando el Palacio Buenavista reabre sus puertas reconvertido en hotel de lujo. Fue gestionado por la cadena Hilton hasta el año 2014 y desde entonces el operador es la marca española Eurostars Hotels.

Referencias

↑ Calvo, Mariano (1992). «Las Academias Literarias (Fuensalida y Buenavista. Ruta del siglo de Oro», en Rutas literarias de Toledo. Toledo: Cuarto Centenario, pp. 154 y 155. ISBN 978-84-940811-2-5. ; y Cf. «Cigarral de Buenavista (la academia del cardenal Sandoval y Rojas. Ruta de Lope de Vega», en ídem., pp. 154 y 155. En la temporada estival, el cigarral de Buenavista servía de marco a las reuniones de una academia literaria bajo el mecenazgo del cardenal humanista don Bernardo de Sandoval y Rojas. Eran miembros de la misma, entre otros escritores, Baltasar Elisio de Medinilla, José de Valdivielso y, durante sus estancias en la ciudad, Lope de Vega y Miguel de Cervantes. El organizador de esta academia fue el Conde de Mora, sobrino del cardenal y principal artífice de la concepción arquitectónica de este cigarral, que Sandoval mandó construir a Juan Bautista Monegro al estilo renacentista y que inauguró en 1910, a partir de un viejo palacio y jardín recibidos por donación del rey Felipe III de España. En su largo poema “Descripción de Buenavista, Medinilla lo mostró como una villa florentina con fuentes de mármol, estatuas paganas, jaulas de pájaros exóticos, elaboradas figuras vegetales, y un edifico principal formado a “traza y invención cretea”, con miradores a la ciudad y al Tajo. También es mencionado por Tirso de Molina en su obra “Los cigarrales de Toledo” (1621), donde se refleja cómo estos espacios pasaron a ser, durante el Renacimiento, un lugar de recreo de la gente acaudalada donde disfrutaban con fiestas, coloquios y juegos; e incluso con reuniones de carácter erudito cuando sus promotores eran clérigos ligados a la universidad toledana. Actualmente, el palacio de Buenavista es un hotel de lujo que conserva algunas fachadas del viejo edificio, y una leyenda en piedra sobre una de sus puertas, donde se leen las palabras que Horacio dedicó a su retiro en Tívoli: “Iste terrarum mihi praeteromnes angulos ridet” (Este rincón de mis tierras es lo que más prefiero sobre todas mis cosas).

Enlaces externos

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Datos: Q5553371
Multimedia: Palacio de Buenavista (Toledo) / Q5553371

[1] Calvo, Mariano (1992). «Las Academias Literarias (Fuensalida y Buenavista. Ruta del siglo de Oro», en Rutas literarias de Toledo. Toledo: Cuarto Centenario, pp. 154 y 155. ISBN 978-84-940811-2-5. ; y Cf. «Cigarral de Buenavista (la academia del cardenal Sandoval y Rojas. Ruta de Lope de Vega», en ídem., pp. 154 y 155. En la temporada estival, el cigarral de Buenavista servía de marco a las reuniones de una academia literaria bajo el mecenazgo del cardenal humanista don Bernardo de Sandoval y Rojas. Eran miembros de la misma, entre otros escritores, Baltasar Elisio de Medinilla, José de Valdivielso y, durante sus estancias en la ciudad, Lope de Vega y Miguel de Cervantes. El organizador de esta academia fue el Conde de Mora, sobrino del cardenal y principal artífice de la concepción arquitectónica de este cigarral, que Sandoval mandó construir a Juan Bautista Monegro al estilo renacentista y que inauguró en 1910, a partir de un viejo palacio y jardín recibidos por donación del rey Felipe III de España. En su largo poema “Descripción de Buenavista, Medinilla lo mostró como una villa florentina con fuentes de mármol, estatuas paganas, jaulas de pájaros exóticos, elaboradas figuras vegetales, y un edifico principal formado a “traza y invención cretea”, con miradores a la ciudad y al Tajo. También es mencionado por Tirso de Molina en su obra “Los cigarrales de Toledo” (1621), donde se refleja cómo estos espacios pasaron a ser, durante el Renacimiento, un lugar de recreo de la gente acaudalada donde disfrutaban con fiestas, coloquios y juegos; e incluso con reuniones de carácter erudito cuando sus promotores eran clérigos ligados a la universidad toledana. Actualmente, el palacio de Buenavista es un hotel de lujo que conserva algunas fachadas del viejo edificio, y una leyenda en piedra sobre una de sus puertas, donde se leen las palabras que Horacio dedicó a su retiro en Tívoli: “Iste terrarum mihi praeteromnes angulos ridet” (Este rincón de mis tierras es lo que más prefiero sobre todas mis cosas).

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