Juan Ángel Rodríguez
Juan Ángel Rodríguez | ||
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Monseñor Juan Ángel Rodríguez | ||
Arzobispo de Manila | ||
1731-1742 | ||
Predecesor | Carlos Bermúdez de Castro[1] | |
Sucesor | Pedro José Manuel Martínez de Arizala[1] | |
Información religiosa | ||
Ordenación episcopal | 25 de noviembre de 1736 | |
Congregación | Orden de la Santísima Trinidad y de los Cautivos | |
Información personal | ||
Nombre | Juan Ángel Rodríguez | |
Nacimiento |
15 de marzo de 1687 Medina del Campo, Imperio Español | |
Fallecimiento |
24 de junio de 1742 Manila, Filipinas (Imperio Español). | |
Estudios | Teología | |
Alma máter |
Universidad de Salamanca Universidad Complutense | |
Juan Ángel Rodríguez (Medina del Campo, 1687 - Manila, 24 de junio de 1742) fue un religioso trinitario calzado español, arzobispo de Manila, Filipinas, entre 1737 y 1742.
Biografía
[editar]Religioso trinitario
[editar]Juan Rodríguez nació en Medina del Campo en 1687. Ingresó a la Orden de la Santísima Trinidad y de los Cautivos, y luego de su formación universitaria en Teología, se desempeñó en como canónigo en varias catedrales en España, enseñó en las universidades de Salamanca y Alcalá de Henares. Más tarde fue nombrado confesor de Diego Morcillo Rubio de Auñón, arzobispo de Lima. Rodríguez era conocido por su sinceridad, piedad, humildad y atención.[2]
Arzobispo de Manila
[editar]Rodríguez llegó el 17 de abril de 1731 a Lima y fue poco después, el 17 de diciembre de 1731, nombrado arzobispo de Manila. Debido a que en ese momento el Galeón de Manila no se le permitió continuar durante varios años, se vio obligado a permanecer en Lima hasta el 2 de enero de 1736. El 17 de abril de 1736 Rodríguez partió desde Acapulco hasta Samar (Filipinas), a donde llegó el 30 de agosto del mismo año. Luego de un mes de viaje llegó el 4 de octubre a Cáceres (Filipinas), donde el 25 de noviembre de 1736 recibió la ordenación episcopal de manos del obispo Felipe de Molina. Finalmente el 26 de enero de 1737 llegó a Manila.[2][1]
En su tiempo como arzobispo, Rodríguez introdujo el canto gregoriano, prohibió las procesiones nocturnas y reformó muchos días de fiesta.