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Mujeres rapadas en el franquismo

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El rapado de las cabezas fue una forma de represión dirigida específicamente a las mujeres en la guerra civil española, cuando un territorio pasaba al bando nacional, tras el golpe de Estado de 1936 efectuado contra el Gobierno de la Segunda República española, y la inmediata posguerra. Era algo específico dentro de la represión general y sistemática dirigida contra la población civil considerada desafecta a los sublevados.[1]

Hechos

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Con una represión generalizada se buscaba sembrar el terror para sentar las bases del futuro régimen. Pero, además, en el caso de las mujeres, se quería hacerlas volver a sus roles tradicionales tras la libertad vivida en la Segunda República y la guerra civil.[2]​ Por eso, a las mujeres, tras ser detenidas, se les golpeaba y se les rapaba la cabeza, incluso las cejas, para después ser paseadas por las calles de su localidad. Así se conseguía diferenciarlas del resto de población aunque no fueran encerradas. No obstante, muchas quedaban a disposición gubernativa.[1]

Era, ante todo, un acto simbólico, ya que se les despojaba de su feminidad. Además, en ocasiones, se les colgó carteles en los que se leía "Rapadas por putas" y se les hacía desfilar tras la banda de música en las fiestas locales. Eran vestidas con prendas que agudizaban más su pérdida de dignidad y, era común, tras ser rapadas las violaciones y abusos sexuales.[3]

El castigo era acompañado con el consumo de aceite de ricino[4]​ que provocó incluso muertes como consta en Andalucía. En algunas poblaciones sus cabelleras eran colgadas en los árboles para que sirviera de burla no solo a ellas sino también a sus parejas.[3]​ En ocasiones el aceite estaba mezclado con gasolina, y en una dosis oficial de medio litro por mujer. Tras el rapado, la inevitable defecación por el aceite y el paseo ante sus convecinos, era habitual obligar a las víctimas a fregar iglesias y cuarteles en esas condiciones humillantes.[2]

Se les privaba de algo tan marcadamente femenino como su pelo porque sus verdugos tenían la idea de que habían rechazado los límites de su género al defender sus ideas republicanas, socialistas, marxistas, anarquistas... Y esto no era lo que se quería en la Nueva España que quería el franquismo. Sin embargo, no hay constancia de que hubiera órdenes concretas. Lo solían realizar fuerzas paramilitares: falangistas, requetés, guardias civiles... El resto de la población no podía negarse a presenciar esta humillación pública, concebida como un espectáculo, ya que podía ser denunciada y castigada.[1]

En los documentos sumariales y en los informes de conducta sobre muchas de las encausadas que se conservan, realizados por el comandante de puesto de la guardia civil, por el jefe local de la Falange y por el alcalde, son calificadas como "peligrosas, extremistas, de bajos instintos, deslenguadas, pendencieras, ateas, amancebadas, altaneras, arrabaleras, incitadoras de los hombres, negadoras de Dios y de dudosa moral pública y privada". Las acciones por las que eran detenidas eran: alentar, incitar a los hombres a la comisión de crímenes y actos vandálicos, tirarse a la calle, tomar parte de manifestaciones, alentar desmanes, hacer ostentación pública de sus ideas y vestirse de miliciano, entre otras. Se castigaba haber transgredido los límites de su feminidad, aunque en la mayoría de las ocasiones en el apartado que se debía rellenar de "Ocupación" figure "Sus labores".[5]

El rapado no fue exclusivo de España, ya que cortar el pelo a las mujeres disidentes fue también realizado en la Italia de Mussolini[6]​ y en Francia tras acabar la Segunda Guerra Mundial. Allí se realizó contra las mujeres acusadas de colaboracionismo con las fuerzas nazis de ocupación.[7][8]

En la represión de las huelgas mineras de los años sesenta en Asturias, se volvió a rapar a las mujeres como represión. Anita Sirgo y Tina Pérez fueron algunas de ellas.[9]

Propagación y recuerdo

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La vergüenza, el trauma y el miedo consiguientes a estas represiones sexistas acalló durante mucho tiempo a la mayoría de las víctimas.[6]​ Se conservan pocas fotografías de estas mujeres pero testifican que este castigo fue realizado por toda España: Montilla,[10]Marín[11][12]Málaga, Oropesa, País Vasco,[13][14]Andalucía.[15][5]Badajoz fue una de las provincias españolas donde esta humillación pública se dio de forma sistemática.[16]​ En el País Vasco, donde muchas mujeres desafiaban la autoridad de los sublevados con sus costumbres, tradiciones y el uso del euskera, se les dejaba "un pequeño mechón de pelo al que le anudaban un lazo rojo y amarillo con los colores de la bandera monárquica.[17]​ También hay testimonios en la Comunidad Valenciana.[18]

Espectáculos y filmografía

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Documentales

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  • En 2011 fue estrenado el documental Gerrako garrak Oñatin del colectivo Gogoratu Guran Taldea, en el que se recrea, entre otros sucesos, a diez mujeres que tras ser rapadas fueron obligadas a ir a las manifestaciones a favor del bando vencedor.[19]
  • Guillena 1937 (2013), dirigido por Mariano Agudo, documenta la apertura de la fosa donde fueron enterradas diecisiete mujeres de Guillena tras su detención, tortura y muerte. Uno de los castigos fue el rapado de sus cabezas y la humillación pública.[20]
  • En 2022 fue estrenado el documental Sacar a la luz dirigido por Art al Quadrat y María Dolores Martín-Fontecha Martín Consuegra. En él se ven los testimonios de mujeres represaliadas, de sus hijos e hijas, de los familiares a los que les ha llegado su memoria y los investigadores que ayudan a contextualizar lo narrado.[21][22]

Ficción

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  • El corto Pelonas de Ramón de Fontecha y Laly Zambrano (2003) narra el encuentro entre Lola (interpretada por María Galiana), una mujer que fue pelada por unos falangistas en 1939 por ser hija de un rojo, y Elena, (Victoria Cirujano) una joven que decide raparse el pelo para dar un giro a su vida.[23]

Muestras

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Teatro

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  • En 2017 se estrenó la obra Las peladas (Soledad de ausencia) escrita y dirigida por David Roldán-Oru en el que se hace una denuncia de estos hechos.[25]

Véase también

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Referencias

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  1. a b c González Duro, Enrique (2012). Las rapadas : el franquismo contra la mujer. ISBN 978-84-323-1629-6. OCLC 803815268. Consultado el 18 de enero de 2023. 
  2. a b Rubio, Paloma Rodríguez (2021). «Violencia sexuada y represión en la guerra civil española y en el franquismo». Cuadernos republicanos (107): 90-125. ISSN 1131-7744. Consultado el 18 de enero de 2023. 
  3. a b «La dictadura franquista rapaba y daba laxantes a las mujeres para pasearlas en público». www.vice.com. Consultado el 12 de enero de 2023. 
  4. Alabao, Nuria. «Las rapadas del franquismo». ctxt.es | Contexto y Acción. Consultado el 12 de enero de 2023. 
  5. a b Sánchez, Pura (2009). Individuas de dudosa moral: la represión de las mujeres en Andalucía, 1936-1958. Grupo Planeta (GBS). ISBN 978-84-7423-909-6. Consultado el 12 de enero de 2023. 
  6. a b c Esteve, Laia Quílez (2018). «“Pelonas” y rapadas: imágenes-trofeo e imágenes-denuncia de la represión de género ejercida durante la Guerra Civil española». Hispanic Review 86 (4): 487-509. ISSN 0018-2176. Consultado el 12 de enero de 2023. 
  7. Zafra, Ignacio (27 de enero de 2018). «Mujeres rapadas: la humillación como arma política». El País. ISSN 1134-6582. Consultado el 17 de enero de 2023. 
  8. «Der zweite Weltkrieg • Ver Tema - Les toundes (El rapado de la mujer)». www.zweiterweltkrieg.org. Consultado el 17 de enero de 2023. 
  9. BURGOS, Ernesto (27 de junio de 2017). «El retrato de Tina, rapada por la Policía». La Nueva España. Consultado el 12 de enero de 2023. 
  10. «Una de las tres únicas fotografías de las mujeres rapadas por el franquismo». El Plural. 7 de enero de 2018. Consultado el 17 de enero de 2023. 
  11. «Elsa Omil Torres - Nomes e Voces». vitimas.nomesevoces.net. Consultado el 17 de enero de 2023. 
  12. «Adiós a Nieves Martínez, con 104 años recién cumplidos, peluquera pionera en Marín y rapada en la Guerra Civil». La Voz de Galicia. 16 de agosto de 2023. Consultado el 13 de diciembre de 2023. 
  13. Almisas Albéndiz, Manuel (2017). «LAS MUJERES RAPADAS POR LA REPRESIÓN FRANQUISTA A TRAVÉS DE LA PRENSA REPUBLICANA MALAGUEÑA». Arcangelbedmar. Consultado el 17 de enero de 2023. 
  14. País, El (16 de marzo de 2016). «Ni daños colaterales ni ofensas privadas». El País. ISSN 1134-6582. Consultado el 17 de enero de 2023. 
  15. Texeira, Encarnación Barranquero (2007). «Mujeres malagueñas en la represión franquista a través de las fuentes escritas y orales». Historia Actual Online (12): 85-94. ISSN 1696-2060. doi:10.36132/hao.v0i12.186. Consultado el 18 de enero de 2023. 
  16. Herrera, Enrique Santos (2003). El secretario: revelaciones sobre la guerra civil en Badajoz. Asociación Cultural "Vicente Rollano Muñoz". Consultado el 12 de enero de 2023. 
  17. «Las rapadas de Lekeitio: víctimas de la represión franquista». www.publico.es. Consultado el 12 de enero de 2023. 
  18. «Represión y abusos durante la guerra civil en Morella y Cinctorres - Castellon Información». 13 de febrero de 2020. Consultado el 18 de enero de 2023. 
  19. «'Gerrako garrak Oñatin' ikus-entzunezkoa grabatzen ibili dira - Oñati». Goiena.eus (en euskera). Consultado el 17 de enero de 2023. 
  20. «Guillena 1937 | Aula de Cine». www.juntadeandalucia.es. Consultado el 17 de enero de 2023. 
  21. «SACAR A LA LUZ. LA MEMORIA DE LAS RAPADAS (Documental) – Art al Quadrat». www.artalquadrat.net. Consultado el 12 de enero de 2023. 
  22. «El silencio de las mujeres violadas y rapadas durante el franquismo». RTVE.es. 17 de noviembre de 2021. Consultado el 18 de enero de 2023. 
  23. «El corto ´Pelonas´ acude al festival de Valladolid». El Periódico Extremadura. 16 de septiembre de 2003. Consultado el 17 de enero de 2023. 
  24. Recuero, Ricardo (7 de febrero de 2018). «Art al Quadrat. Yo soy. Memoria de las rapadas». PAC. Consultado el 12 de enero de 2023. 
  25. «Las peladas. Dossier.pdf». 

Enlaces externos

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