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Usuario:Haylli/WikiProzac

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Atención: las palabras de esta página no constituyen contenido enciclopédico, por muy sabias y oportunas que parezcan ;)

WikiProzac : Elucidaciones sobre el enciclopedismo libre

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Yo conozco tus obras, y tu arduo

trabajo y paciencia (...) Pero tengo
unas pocas cosas contra ti

          Apocalipsis 2:2,14

Horror vacui

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El librepedismo tiene sus vicios. Corrijo: el librepedista tiene sus vicios, sus manias y a veces hasta impone sus cilicios penitenciales a las santas lineas de la enciclopedia.

Imaginemos un librepedista novato. En este estadio el individuo es cándido y ciertamente atorrante. Pero si ese fenomeno candido-atorrante de la naturaleza además cree que se le ha encomendado una mision, entonces, caballeros, estamos en un problema.

El novato, de repente, siente el influjo completamente perjudicial del vacio. Sí amigos, el librepedista novel siente vértigo ante el espacio en blanco. La página semivacía es como las sirenas de Ulises. Lo llaman a uno a acercarse y a precipitarse en ellas. Uno no tiene nada que decir, le interesa un pimiento la Denominación de Origen Cabrales, pero la página está vacia y de repente a Miliki le pica la nariz. A partir de ese momento ya no hay vuelta atrás. El desventurado Ulises, precavido (eso cree él), escribe tan solo una linea. Ahora el mundo ya sabe que Cabrales es una DdO española. Mision cumplida, sí, pero el monstruo de Escila ya se ha zampado el bajel de los Argonautas.

Probablemente el mayor daño a la enciclopedia y a su prestigio no sea la cantidad de información faltante (algo solventable dejando correr el tiempo) sino la cantidad de informacion precaria, es decir, imprudentemente colgada en trozos inconexos e incompletos a lo largo de artículos compuestos únicamente por un titulo y dos lineas. To be continued... No hay prestigio que lo aguante. Es preferible mil veces encontrar que un artículo no existe, que clicar sobre un enlace color azul (no rojo) y encontrar ¿qué?... una plantilla vacia, o peor aun, una plantilla practicamente vacía. Cuántas veces habré leido críticas en barrapunto de lectores horrorizados ante la informacion precarizada de la enciclopedia.

¿Vanidad humana? ¿Queremos aparecer a toda costa en el historial? ¿Queremos aumentar artificialmente el número de artículos de la enciclopedia? En fin. Quizá se necesita una politica más inflexible y unos administradores con menos miedo de eliminar lo que es claramente perjudicial para el invento. Por el lado del editor, Miliki va a seguir aterrado por el vacio y eso no lo cambia nadie.

El ataque de los Pokemon

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Cuando un dia nos damos cuenta de que los Pokemon están dirigiendo la enciclopedia, cabe preguntarse lo mismo que el Zavalita de Conversación en la Catedral: ¿en qué momento se jodió todo?

Y como la pregunta no es manca, vamos a por ella. Hemos de saber cuándo esos bichos horrorosos esten moviendo los hilos. La respuesta es sencilla: cuando hemos dejado de ser enciclopedistas para volvernos coleccionistas de quincalla o vendedores del elixir mágico del Dr. Herrsner.

Aunque la tecnologia wiki permite que hagamos practicamente lo que nos de la gana en lo que se refiere a contenidos de la enciclopedia, el espiritu y fines de la misma no parecen haber variado sustancialmente desde tiempos de Diderot: la democratización del conocimiento. Es justo y necesario que así sea porque si no no estamos redactando una enciclopedia sino sólo algo que lleva ese nombre.

Democratizar el conocimiento es facil dentro de un proyecto libre. Lo que es más dificil es discernir qué constituye conocimiento y qué constituye ruido-pop. La enciclopedia, implicitamente, define un canon de lo que es enciclopedizable. Ese canon hace que la enciclopedia no sea solamente una compilacion de textos más o menos nutrida, sino una compilación con un propósito culto y universal. Si yo hablo de las chinches de mi cama en 5 artículos excelentes dedicados a cada uno de sus cuerpecitos verdosos, tenemos 5 bolsas de basura que no son ni universales ni cultas. Es contenido no enciclopédico, como el de esta página. Sin embargo, si yo digo que Afrodita debe su nacimiento a que le cortaron las pelotas a su padre Urano, estamos ante un texto universalizable (de interés universal) y ante un texto de referencis cultas. Esta pequeña estupidez es lo que marca la diferencia entre contenido enciclopédico y no enciclopedico.

Sin embargo hay quien piensa que democratizar el conocimiento significa pervertir el sentido mismo de lo que es enciclopedizable. Democratizar no significa banalizar. Es la tecnologia lo que ha cambiado, no el objeto de la enciclopedia. La enciclopedia nace para que yo no tenga que seguir un seminario universitario sobre mitologia clásica y sin embargo tenga una rápida referencia sobre las figuras de Zeus o Heracles. En esto consiste la democratizacion: en levantar ciertas barreras al conocimiento culto, unidas a los estudios universitarios o a barreras de status, etc.

Pero ocurre que la libertad que permite la tecnologia, como siempre, pervierte nuestras mentes y aparece algo muy ligado al Horror vacui que comento en esta misma página. Resulta que, si no podemos aportar conocimientos enciclopedizables, re-inventamos lo que es enciclopedizable e introducimos ruido-pop en la enciclopedia. En ese momento aparece el síndrome Pokemon. Alguien, olvidando lo que es una enciclopedia, decide que podemos crear un Proyecto Pokemon y dedicar artículos a cada uno de los bichos en cuestón. Ahi Pikachu empieza no solo a ser enciclopedista sino a definir políticas y dar por buena la entrada de artículos totalmente insustanciales en lo que primeramente debia ser un compendio de referencias cultas y universales. Ahí es donde la información empieza a ser sustituida por la alineacion del España-Malta y se pierde de vista el concepto de pertinencia.

Cuando hemos llegado a ese punto probablemente alguien reconocerá detrás la ausencia de criterio enciclopédico, la permisividad de los administradores, la necesidad de añadir texto a toda costa (Horror vacui)... en suma, la locura y la desenciclopedización de la enciclopedia. Entonces Zabalita pensará en qué momento se cayó del caballo.

Pero ya será muy tarde...

La atroz persistencia del presente

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"el presente nos parece tan real, tan tangible,
tan inmediato... y nosotros parecemos,
con ver un par de noticieros, tan eruditos en él"

Todo el desvelo de un librepedista, o una buena parte del mismo, se cifra no en alcanzar la sabiduría que le permita saber qué escribir y cómo, sino en lograr el conocimiento que le posibilite un arte más sutil e infinitamente menos reconocido: el saber qué no debe ser escrito y dónde.

La categorización de las librepedias como enciclopedias y no como simples cajones de sastre depende en buena medida del grado de conciencia que tengan sus autores sobre el valor de estos silencios. Seguramente la figura excesiva del presente en las librepedias es una de esas características que convendría reformar a base de silencios prudentes.

Cuando la Enciclopedia Larousse promete que su nueva edición está actualizada a 2004 en realidad miente a medias. Los hechos acaecidos en un solo año difícilmente pueden ser el plato fuerte de una enciclopedia. Es más, la Larousse de 2003 es prácticamente idéntica a la de 2004 aunque la publicidad nos hace sospechar de la fiabilidad de la edición "no actualizada", una suspicacia innecesaria porque las editoriales saben muy bien que lo que realmente se puede actualizar de una enciclopedia ciertamente es muy poco y tiene una significación meramente testimonial frente al conjunto.

Parte del cometido del enciclopedismo consiste en registrar aquello que es relevante, cuya significación y efectos son perdurables, trascendentes y con cierto grado de universalidad. También se espera de una enciclopedia no sólo el registro de hechos, personas y lugares -lo que la convertiría en un simple factbook o almanaque- sino la exégesis, síntesis y contextualización del contenido, una contextualización "hacia delante" que permita al lector no informado obtener algo de conocimiento y no simplemente un ramillete de datos intratables.

El porqué el presente es inmanejable en este empeño es fácilmente comprensible. Volvamos a la Larousse: ¿qué es lo que podría actualizarse en la edición de un año al siguiente? Muy poco: el fallecimiento de tal líder, la firma de tal tratado, el estallido de tal guerra, tal terremoto, tal huracán... se limita todo a añadir una fecha y un nombre. Claramente se trata de material de almanaque pero, en lo que respecta al corazón de la enciclopedia, se necesita un tiempo de maduración mayor. El presente no es aprehensible si no es mediante datos de almanaque. Esa y el uso de las hemerotecas son las únicas aproximaciones practicables al hoy y al ahora. La Larousse sabe que no puede añadir más contenido a su actualización anual. Simplemente no es posible.

Muchos librepedistas, en nuestra ufana liviandad, habíamos imaginado fervientemente que el problema de la actualización de las enciclopedias convencionales era un problema tecnológico y que nuestro modelo wiki era la respuesta a ese problema. Dudo seriamente que una enciclopedia actual carezca de un sistema informatizado de generación de contenidos. De hecho, éstas editan sus versiones online y adendas anuales en papel. El problema de la actualización y la redacción de una enciclopedia es una característica estructural desvinculada de la tecnología.

Como mencionaba, la clave de una enciclopedia es la contextualización de los contenidos. Elementos aislados y sin ilación aparente no constituyen una enciclopedia porque no sirven como enciclopedia. La contextualización demanda esfuerzo, quizá el esfuerzo mayor que se le puede exigir a un enciclopedista profesional o voluntario. La contextualización también convierte a una enciclopedia en un objeto que no puede desvincularse de la disciplina histórica. Esto quiere decir que la historia tiene una preeminencia especial a la hora de redactar una enciclopedia y que las potencias y restricciones de la ciencia histórica encuentran también cierto grado de reproducción en las de una enciclopedia.

La historia (y la enciclopedia) tienen serias dificultades para enfrentarse al presente. Aquí ambas afrontan el problema de la relevancia. No todo es histórico, no todo es enciclopédico, sólo aquello cuya relevancia lo hace trascender y hace que su visión futura tenga significado. La muerte por inanición de un anónimo ciudadano irlandés no tiene esa relevancia: la Hambruna Irlandesa de la Patata sí la tiene. Relevante es todo aquello que da significado y cuya ausencia resta comprensión. El problema del presente es la imposibilidad de poder decidir qué es relevante y qué no lo es ya que, desgraciadamente, esa valoración sólo es posible a posteriori. La valoración de los elementos del presente que son trascendentes no está al alcance de un enciclopedista, ni siquiera al alcance de los expertos, que normalmente suelen conjeturar y hacerlo en la dirección errada.

Otra de las aristas del presente es que, si se trata de contextualizar (cosa obligada en el enciclopedismo), falta la mitad del panorama: falta el futuro. Nuestra disciplina no solamente observa acontecimientos, personas y lugares. El enciclopedismo observa procesos: no sólo Lutero sino también Wycliff, Huss, Calvino, etc. comprendidos como Reforma Protestante; no solo Heráclito sino la comprensión de los Presocráticos. Comprender el presente es imposible porque falta la perspectiva que dan los años transcurridos. Asignar los acontecimientos del presente a procesos históricos más amplios es una labor de dudosa eficacia si tenemos en cuenta que, sólo una vez que éstos procesos han concluido los especialistas son capaces de describir sus límites y su contenido. Por eso no existe una historia del presente sino únicamente su archivamiento con la esperanza de que pueda ser comprendido en el futuro.

Por eso es ciertamente temerario abusar de la actualidad en la enciclopedia. Como redactores tendemos a sobrevalorar el presente y darle un peso exagerado. Pero el presente nos parece tan real, tan tangible, tan inmediato... y nosotros parecemos, con ver un par de noticieros, tan eruditos en él. Verdaderamente pareciera que todo tiene una relevancia que -a no ser que seamos adivinos- no estamos en posición de garantizar. Ese es el problema que tiene el presente: es inaprensible y muy engañoso en cuanto a su propia trascendencia. La actualidad tiende a estar sobreestimada en las librepedias tipo wiki y en los medios de comunicación se abusa de la expresión "momento histórico". Los momentos que vivimos en la cotidianidad serán mucho menos históricos de lo imaginamos. También carece el presente de fiabilidad: lo que hoy afirman los periódicos lo pueden desmentir mañana. Sólo se estabiliza cierto grado de certidumbre una vez que ha transcurrido algún tiempo.

Probablemente es por eso que el proyecto Wikinews está separado de las librepedias. Es por eso que resulta difícil comprender que existan artículos sobre el programa "Crónicas Marcianas" que lleva poco más de 1000 emisiones cuando no existe un artículo dedicado a Letterman que creó escuela en televisión con el formato "late night show" y lleva treinta años. Por alguna razón consideramos que CM es más importante, más relevante, más enciclopédico porque su inmediatez lo hace más tangible, pero no por eso más trascendente.

Se ha argumentado que el mundo de la librepedia "is different", que también acogemos la cultura popular, que "Wikipedia no es de papel". Sin embargo se ha perdido el rumbo del debate: ninguna enciclopedia seria desprecia a estas alturas la cultura popular. Es absurdo pensar que no vamos a admitir artículos de los Beatles o de Elvis Presley o de la copla española porque son cultura popular. El verdadero debate consiste en saber qué elementos de esa cultura popular cumplen en criterio de la relevancia y de la trascendencia, si somos capaces de contextualizarlos y de transmitir su significación. Pero eso solo ocurre si tenemos la perspectiva temporal suficiente. Los artículos de cultura popular gravitan demasiado sobre el presente, cuya incompatibilidad con in proyecto enciclopédico ya hemos glosado suficientemente. Los Beatles cuentan con esa perspectiva temporal que nos permite encuadrarlos dentro de la música pop, rastrear su influencia en músicos posteriores y sus fuentes. Cumplimos los requisitos enciclopédicos. La controversia sobre músicos como Alejandro Sanz no es si es pertinente incluirlos sino si es prematuro hacerlo ahora.

La palabra clave es "periodo de maduración".

Argumentum ad Wikipaediam

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