Usuario:HombreDHojalata/borrador
La carabela "Pinta" El día 3 de agosto de 1492, la carabela "Pinta", acompañada por la "Niña" y la "Santa maría", sale de Palos de la Frontera (Huelva) rumbo al Oeste, con la intención de alcanzar las Indias por el occidente. Tras permanecer un mes en las Islas Canarias, arreglando averías y corrigiendo el velamen, Colón y los hermanos Pinzón, con buena mar y los alisios hinchando sus velas, ponen rumbo definitivamente al mítico Cipango. Después de 36 días de navegación cargados de incertidumbres, tensiones, penurias y angustias, el marinero de la "Pinta" Juan Rodríguez Bermejo-Rodrigo de Triana- da la voz de "Tierra" en la madrugada del día 12 de octubre. Un Nuevo Mundo acaba de ser descubierto. Durante 95 días, la expedición se dedicó a explorar las Islas descubiertas a las que Colón bautizó con los nombres de San Salvador, Santa María de la Concepción, Fernandina, Isabela, Juana y Española. En esta última encalló la "Santa María", el día de Navidad, teniendo que quedar allí 39 de sus tripulantes. El 16 de enero de 1493, la "Pinta" y la "Niña" abandonaron las tierras descubiertas e iniciaron el tornaviaje a España. Empujadas por los vientos del Oeste, llegaron a la altura de las Azores el día 14 de febrero, donde les sorprende una terrible y espantosa tormenta que puso a las dos naves al borde del naufragio y la muerte. La "Niña" fue arrastrada hasta Lisboa, tomando puerto el día 4 de marzo. La "Pinta", gracias a sus excelentes condiciones de estabilidad, al denuedo de su capitán Martín Alonso Pinzón, a la pericia de su piloto Cristóbal García Sarmiento y a la destreza de sus marineros, pudo arribar al puerto de Baiona el 1 de marzo. La Carabela Pinta que había sido construida en Palos de la Frontera, era la más velera de las tres naves colombinas. Su arboladura estaba compuesta por tres Palos: el trinquete en proa; el mayor, en el centro, el mesana, en popa. Sobre los mástiles, sujetas por vergas, se desplegaban las velas que recibían el mismo nombre que los palos. La nave iba permanentemente lastrada con piedra y arena para evitar que variara el francobordo y mantener de este modo las condiciones de estabilidad y flotabilidad. Cuando el consumo de alimentos y agua durante la navegación modificaban el francobordo, los marineros aumentaban el lastre rellenando los toneles vacíos con agua del mar. La vida a bordo estaba llena de incomodidades. Para dormir, utilizaban unas esteras que los marineros extendían sobre la cubierta y los mandos debajo de la tolda, puesto que en la bodega, la humedad y el olor que desprendía el agua corrompida de la sentina, eran insoportables. Al día sólo se hacían una comida caliente, para lo cual se usaba el fogón de leña construido con chapas de hierro y colocado sobre arena a fin de proteger a la cubierta de la nave contra el fuego. La mazamorra, el vino y el agua eran elementos básicos en la dieta diaria. La primera era una especie de pan integral sin levadura, recocido y desabrido. El agua, al cabo de unos días, se corrompía, siendo necesario mezclarla con vino para poder consumirla. Habas, lentejas, garbanzos, arroz, tocino, cecina, salazones, queso, pasa y miel, constituían el elenco de su despensa. Para sus necesidades disponían de unos asientos colgados llamados "jardines" y "beques", que vertían sobre el mar desde proa y borda. Por vestidos llevaban únicamente una ropeta o camisa de lana y un chaleco; en la parte inferior vestían unos calzones llamados zaragüelles; la cabeza la cubrían con un bonete o gorro de lana, mientras que son pies iban generalmente descalzaos. Dadas las características de los materiales utilizados a bordo de la Pinta (jarcias de cáñamo, velas de tejido vegetal, generalmente de cáñamo, gruesos vergos de pino, pesados motones, grandes anclas de acero forjado con cepo de madera, cabos de fondeo de esparto, etc.), todas las maniobras a realizar eran pesadas, lentas y en consecuencia exigían, además de una gran experiencia, un notable esfuerzo de los tripulantes. Para facilitar estas maniobras, especialmente levar anclas, subir la verga mayor, meter cargas pesadas en la bodega y subir la barca auxiliar a bordo, utilizaban un cabrestante colocado en la cubierta principal que era movido por cuatro hombres por medio de otras tantas pértigas de madera. El timón, de madera de roble, tenía la misma anchura que el codaste al que se sujetaba mediante herrajes de hierro forjado. Manejar la caña obligaba a los hombres a sustituirse continuamente. En cuanto a las armas, la "Pinta" disponía de lombardas, falconetes, espingardas, ballestas, picas, lanzas, espadas, etc. Los instrumentos de navegación más utilizados durante la travesía fueron la aguja de marear o brújula empleada para orientarse, el astrolabio y el cuadrante para deducir la latitud, la ampolleta o reloj de arena para medir el tiempo, la sondaleza para determinar la profundidad del agua, y el escandallo para reconocer la calidad del fondo marino.
Eslora total (incluidos palos) | 29,40 m |
Eslora máxima del casco | 22,75 m |
Eslora entre perpendiculares | 20,40 m |
Eslora en la flot. de max. carga con timón | 20,30 m |
Eslora de quilla | 16,12 m |
Manga máxima fuera de forros | 6,60 m |
Puntal de construcción | 2,21 m |
Arrufo en cubierta principal | 0,75 m |
Brusca del bao mayor | 0,55 m |
Desplazamiento máximo | 115,59 T |
Calado correspondiente | 1,91 m |
Calado de proa | 1,52 m |
Calado de popa | 1,71 m |
Superficie de la vela mayor | 120,00 m2 |
Superficie de la vela trinquete | 43,20 m2 |
Superficie de la vela mesana | 23,42 m2 |
Superficie velica total | 186,62 m2 |
Altura sobre cubierta palo mayor | 15,75 m |
Altura sobre el castillo del palo trinquete | 9,15 m |
Altura sobre tolda del palo mesana | 8,15 m |
Concello de Baiona (Concellería de Cultura, Concellería de Turismo), Xunta de Galicia, Deputación de Pontevedra.